"Esta perra arisca que ladra contra su dueña... Ese gran hombre
que brilla en un círculo de dementes... La cuadrilla de sabios que
quiere elevarse por encima de Júpiter... Estos hombres contemplativos,
sutiles, cuyo ingenio aguza la pobreza..." - Poeta antiguo desconocido, Libro X, La República.
Prólogo
Mediante el Mito de la Caverna Platón trató de simplificar la realidad con la intención de que pudiera ser comprendida por sus contemporáneos. Conforme a sus expectativas, no obtuvo grandes resultados. Atados por las piernas y el cuello, aquellos hombres permanecen todavía en las profundidades de la caverna, contemplando la lúgubre procesión de sombras que los titiriteros proyectan sin tregua en la abrupta pared que hay frente a sus ojos. Han pasado más de dos mil años, y continúan pensando que la feria de ilusiones a la que asisten desde su nacimiento constituye el mundo real.
La caverna ha perdurado hasta nuestros días, pero no sin sufrir modificaciones. Desde los tiempos de Platón, en los que la caverna era prácticamente plana, ésta ha ido creciendo continuamente hacia abajo, de modo que ahora tiene cientos de kilómetros de profundidad. Solamente crece la porción inferior, donde se hallan los cautivos, de manera que quien se encuentra por encima está siempre a la misma distancia de la superficie. Además crece cada vez más rápido, por lo que dentro de poco nadie más volverá a ser capaz de ver la luz del Sol. Han aparecido incontables ramificaciones, innumerables trayectos, deviniendo laberíntica y caótica. Se ha hecho mucho más tortuosa y escarpada; hay tramos prácticamente verticales, zonas anegadas por el agua subterránea, porciones tan estrechas que solo un niño podría travesar... En ciertos lugares la oscuridad es tan absoluta que únicamente puede avanzarse a tientas. Y abajo del todo, en la parte más profunda, en una gran cámara escasamente iluminada por las llamas del fuego milenario, se agolpan miles de millones de personas de rodillas, sin poder girar la cabeza. Mujeres y hombres de todas las edades, niños y ancianos, murmuran y comentan entre sí acerca de las sombras que están viendo. Detrás, un gran muro y el chisporroteo de las llamas. Y ante el fuego, un grupo de hombres ataviados con túnicas y grandes capuchas color granate, mientras expelen de sus gargantas profundos cánticos difónicos, mecen en lo alto todo tipo de contornos y siluetas.
Libro I
Entre el tumulto de cautivos, excepcionalmente, algunos individuos consiguen liberarse de sus ataduras y logran mirar su entorno con más detenimiento. Observan su alrededor con curiosidad, y al avistar el muro que yacía a sus espaldas, se preguntan qué habrá detrás de él. De estos individuos, solo unos cuantos reúnen el suficiente valor para acercarse a él y sortearlo. A medida que se acercan dejan de oír los murmullos de los cautivos y empiezan a percibir las voces tántricas. El miedo se va acrecentando y llegan el sudor frío y las palpitaciones. No es fácil sortear el muro, pero hay numerosas grietas a ambos lados que permiten traspasarlo. Antes de aventurarse, asoman la cabeza y ven al grupo de ilusionistas, aunque no alcanzan a ver sus rostros.
"¿Quién comprenderá esta tierra y el terreno de Yama y este mundo de los devas? ¿Quién investigará el bendito Camino de la Virtud como el experto que selecciona las mejores flores?" - Sutra nº44, Dhammapada.
Uno de estos individuos lleva grabada la cifra 2222 en la muñeca. Lleva varios meses de incertidumbre y desasosiego reflexionando sobre las sombras que ha estado viendo desde pequeño.
"Saludable es la visión de los Nobles; su compañía siempre resulta dichosa. No viendo a necios, uno permanecería siempre feliz. Verdaderamente, quien permanece en compañía de necios se atribula durante mucho tiempo. La asociación con necios es incluso tan penosa como con un enemigo. Feliz es la compañía con un sabio, incluso tanto como el encuentro con un pariente." - Sutra nº206-207, Dhammapada.
Siempre había considerado que aquellas sombras eran la realidad, hasta que un buen día apreció en un rincón al que nadie suele mirar, de forma transitoria, una sombra en la que podía leerse con claridad la palabra "Despierta".
"No vivas en la distracción y los falsos sueños del mundo, fuera de la ley." - Buddha, Dhammapada.
Pocos parecieron percibir aquel mensaje, y la gran mayoría de ellos no le dio la más mínima importancia. 2222, en cambio, empezó a prestar más atención a aquella porción de áspera superficie tan poco frecuentada por la mirada de la multitud.
Entra el pánico en escena y los huidos vuelven pegando brincos y exaltados junto al tumulto de cautivos a explicar lo que han visto. Creen que el resto reaccionará ante sus explicaciones, pero no es así. Son tomados por locos; solo reciben menosprecio y risas. Si no fuera porque éstos están atados, los matarían. Ante tal situación, un número reducido de fugitivos no sucumbirá a las mordaces críticas de sus compañeros de cautiverio y decidirá volver a intentarlo: traspasar el muro y salir corriendo.
"- ¿Crees que envidiaría aún los honores, las alabanzas y las recompensas que allí se daban al que más pronto observaba las sombras a su paso, al que con más seguridad recordaba el orden en que marchaban yendo unas delante y detrás de otras o juntas, y que en este concepto era el más hábil para adivinar su aparición; o que tendría envidia a los que eran en esta prisión más poderosos y más honrados? ¿No preferiría como diría el Aquiles en Homero, pasar la vida al servicio de un pobre labrador y sufrirlo todo antes que recobrar su primer estado y sus primeras ilusiones?
- No dudo que estaría dispuesto a sufrir cuando se quisiera antes que vivir de esa suerte." - Libro VII, La República.
A pesar del miedo, y aunque saben que los titiriteros están observando con atención, no surgirá ningún tipo de impedimento a su huida. El viaje no acaba más que comenzar.
"Todo surge y desaparece. Pero quien despierta, lo hace para siempre." - Buddha, Dhammapada.
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Lejos de la hoguera, de los cánticos que penetran el alma y del granate de las túnicas, aguarda el silencio. La gruta está vagamente iluminada por antorchas. Un estado de confusión y shock abruman a 2222, impidiéndole pensar con claridad. Todo se ha vuelto extraño, misterioso... No queda otra que emprender la marcha, ignorando hacia dónde se dirige y qué es lo que vendrá. No podría ni imaginárselo.
"Dispersa, vagando sola, incorpórea, oculta en una cueva, es la mente. Aquellos que la someten se liberan de las cadenas de Mara." - Sutra nº 37, Dhammapada.
Piensa si debería sentir pena por sus ex-compañeros de cautiverio; e inmediatamente se percata de lo ridículo de su cuestión: ¿Por qué le debería entristecer la realidad? ¿A caso la realidad tiene algo de penoso? Entonces, ¿por qué debería parecerle penosa la vida de sus compañeros, si bien no puede llamarse vida?
"¿Qué risa, qué gozo puede haber cuando siempre se está ardiendo? Si estuvierais envueltos en la oscuridad, ¿no buscaríais la luz?" - Sutra nº146, Dhammapada.
Le espera una larga travesía repleta de peligros y horrores. Mientras duerma, en el lugar donde no existe el día, entre tinieblas, escalofriantes seres y espíritus de consistencia viscosa y asfixiante le abrazarán y susurrarán al oído. Mientras avance, artrópodos e insectos de enormes dimensiones le recorrerán por el torso, la espalda y la cabeza.
"Si no puedes sosegarte, ¿qué podrás aprender jamás? ¿Cómo llegarás a ser libre?" - Buddha, Dhammapada.
Deberá avanzar durante semanas en la más absoluta de las oscuridades y correr el riesgo de caerse, quedarse varado o ahogarse en los sifones.
"A través del esfuerzo, la diligencia, la disciplina y el autocontrol, que el hombre sabio haga de sí mismo una isla que ninguna inundación pueda anegar." - Sutra nº25, Dhammapada.
Con el paso del tiempo, a medida que suba y la superficie se halle más y más cerca, empezará a oír de vez en cuando una tenue voz, reverberante, que proviene de la lejanía: "¡Por aquí, es por aquí! ¿Me oís?, ¡Por aquí!"... Todos los fugitivos la oyen, pero, lógicamente desconfiados, se comportan como si no existiera.
Más adelante, durante el interminable ascenso, 2222 encontrará a uno de sus semejantes perdido entre las grutas y proseguirán juntos el áspero camino. Ante la locuacidad y la verborrea de su acompañante, 2222 no mediará palabra.
"Si permaneces en silencio, como un inservible gong, alcanzarás el Nibbana; hallarás la paz." - Sutra nº134, Dhammapada.
Ambos se encontrarán al cabo de poco tiempo con otro de ellos, un tipo especialmente afable y carismático, que parece tener una gran cantidad de conocimientos. Parece que entiende lo que está ocurriendo, quiénes son los hombres encapuchados y qué es lo que pretenden. Se llama David Jones y lleva años viviendo en la gruta, sobreviviendo sin apenas esfuerzo. Les desvela un gran secreto: ha descubierto la forma de alcanzar la libertad. Con gran oratoria y seguridad, les quiere mostrar la ruta que deben seguir. Dice que hay que despertar a los cautivos para que luchen por su liberación y se alcen así contra los hombres de las sombras que les oprimen; que deben trabajar todos juntos en la construcción de una nueva caverna, donde la libertad y los derechos de todos sus habitantes sean respetados.
"Felicidad o tristeza; cualquiera que te acontezca, sigue tu camino intacto, desapegado." - Sutra nº83, Dhammapada.
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Todos los fugitivos harán caso a David Jones, convencidos de que es uno de los suyos, y seguirán por el trayecto marcado hasta alcanzar una gran cámara. Esta cámara está repleta de hombres atados y de rodillas, mirando cara a la pared, contemplando fascinados nuevas sombras que nunca antes habían visto. Estas sombras tienen colores y van acompañadas de sonidos... Los recién llegados se arrodillarán sin dudarlo junto al resto.
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Solo 2222 dudará de Jones, y empezará a comprender cuál es el verdadero camino a seguir. Se pregunta: "Si nada de lo que conozco era real, ¿por qué debería serlo David Jones? Si un grupo de hombres encapuchados lleva engañándome desde que nací, ¿por qué ahora un individuo que apenas conozco ni sé de dónde ha salido debería decirme la verdad?"
"Atento entre los inatentos, plenamente despierto entre los dormidos, el sabio avanza como un corcel de carreras se adelanta sobre un jamelgo decrépito." - Sutra nº29, Dhammapada.
Decide no seguir los consejos de Jones, se despide de su compañero de viaje, y reemprende el camino completamente solo.
"Él no se entretiene con aquellos que tienen un hogar ni tampoco con los descarriados. No queriendo nada, viaja en solitario." - Buddha, Dhammapada.
De fondo vuelve a escuchar nuevamente la voz; "¡Por aquí!", y ahora le presta mucha más atención. Intenta percibir de dónde procede, pero no es capaz de adivinarlo. Con los días nuevas voces se empezarán a sumar a la anterior. Cada vez son más y más siniestras, algunas de ellas parece que le hablen directamente al oído, y cada una le indica un camino distinto. 2222, desamparado, ya no sabe hacia donde ir. Debe interrumpir la marcha y reflexionar sobre lo ocurrido, sobre cómo ha llegado hasta ahí. Intuye que la salida está cerca, pero debe descubrir como alcanzarla.
"Si determinas tu rumbo por la fuerza o con prisa, te pierdes el camino de la ley." - Buddha, Dhammapada.
"Tranquilamente considera qué está bien y qué está mal. Aceptando todas las opiniones por igual, sin apresuramiento, sabiamente, observa la ley." - Buddha, Dhammapada.
"Porque, mi querido Glaucón, es un gran combate, y más grande de lo que se piensa, aquel en que se trata de ser virtuoso o malo. No la gloria, ni las riquezas, ni las dignidades, ni, en fin, la poesía merecen que desperdiciemos por ellas la justicia y las demás virtudes." - Libro X, La República. pagina 291.
"Zazen significa estar sentado, sin hacer nada." - Buddha, Dhammapada.
Meditando, empieza a entender los mecanismos de control de los ilusionistas, empieza a comprender cómo trabajan sobre su naturaleza para conducirle de un lugar a otro, cómo complican la ruta para que no sepa por donde tirar.
"Mi querido amigo, ¿qué es, hablando propiamente, el hombre tirano, sino aquél a quien la educación o la naturaleza o ambas han hecho borracho, enamorado y loco? [...] La condición del hombre tiranizado por sus pasiones es la misma que la de un Estado oprimido por un tirano." - La República, Libro IX.
"Al que vive apegado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin moderación en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba, como el viento derriba a un árbol débil." - Buddha, Dhammapada.
"¿Por qué razón se ha condenado en todos tiempos una vida licenciosa, sino porque el libertinaje afloja la rienda a este monstruo enorme, cruel, de muchas cabezas? [...] ¿Por qué ofenden y se critican la insolencia y el humor irritable, sino porque desenvuelven en el hombre el modo del león y de la serpiente?" - Libro IX, La República.
"Oh esclavo del deseo, flota con la corriente. Pequeña araña, pégate a tu tela. O si no, abandona tus pesares en el camino." - Sutra nº347, Dhammapada.
"Sea así, y ahora me parece que nos falta examinar lo que es la injusticia. [...] ¿Puede ser otra cosa que una sedición de las tres partes del alma, que se extralimitan entrando en lo que no es de su incumbencia, usurpando atribuciones ajenas; una sublevación de la parte contra el todo, para arrogarse una autoridad que no le pertenece, porque, por su naturaleza, está hecha para obedecer a lo que está hecho para mandar? De aquí, diremos nosotros, de este orden, de esta turbación, es donde nacen la intemperancia y la injusticia, la ignorancia y la cobardía, en una palabra, los vicios." - Libro IV, La República.
Se percata de que, y ahora comienza a verlo con claridad, a pesar de todos los caminos erigidos, la ruta principal siempre se ha mantenido intacta. Es recto y hacia arriba que debe dirigirse. Es si va recto y hacia arriba que encontrará la salida.
"Todo lo significativo está contenido en una sola palabra: Sammasati." - Buddha, Dhammapada.
"¿No pertenece a la razón mandar, puesto que en ella es donde reside la prudencia, y que a ella toca también la inspección sobre toda el alma? ¿Y no toca a la cólera obedecerla y secundarla? [...] ¿Y cómo se podrá mantener un perfecto acuerdo entre estas dos partes sino mediante esa mezcla de la música y de la gimnasia de que hablamos arriba, y cuyo efecto será, de una parte, nutrir y fortificar la razón con buenos preceptos y con el estudio de las ciencias, y de otra, dulcificar y apaciguar el valor por el encanto de la medida y de la armonía? [...] Estas dos partes del alma, así educadas e instruidas en su deber, gobernarán el apetito sensitivo, que ocupa la mayor parte de nuestra alma y que es insaciable por su naturaleza. En caso de un ataque exterior, tomarán las mejores medidas para la seguridad del alma y del cuerpo. La razón deliberará; la cólera combatirá, y secundada por el valor, ejecutará las órdenes de la razón." - Libro IV, La República.
"Así como el arquero talla y pone sus flechas rectas, el maestro dirige sus pensamientos descarriados." - Buddha, Dhammapada.
Emprende de nuevo la marcha y siente como su naturaleza más primitiva va desprendiéndose de él. Está dejando de sentir temor, odio, repugnancia, alegría, tristeza, enamoramiento.
"Recíprocamente, decir que es útil el ser justo equivale a sostener que el hombre debe, con sus discursos y sus acciones, trabajar para dar una autoridad superior sobre sí mismo al hombre inferior, y conducirse con este monstruo de muchas cabezas como un entendido labrador, auxiliándose de la fuerza del león, para impedir el crecimiento de los animales feroces, y alimentar y fomentar los animales pacíficos, distribuyendo sus cuidados entre todos, para que se mantenga una perfecta inteligencia entre unos y otros y entre todos y él mismo." - Libro IX, La República.
"Gobiérnate a ti mismo según la ley. Esta es la simple enseñanza de los que están despiertos." - Buddha, Dhammapada.
"¿Sobre qué fundamento descansa la distinción establecida entre lo honesto y lo inhonesto? ¿No consiste en que lo uno somete la parte animal de nuestra naturaleza a la parte humana, o más bien, divina, y que otro somete a la parte brutal y feroz la que es mansa y suave?" - Libro IX, La República.
"Mejor conquistarse a uno mismo que conquistar a los demás. Ni un dios ni un semidiós, ni Mara ni Brahma, pueden deshacer la victoria de aquel que se ha amaestrado a sí mismo y se conduce siempre con moderación." - Sutra nº104-105, Dhammapada.
Poco a poco la voz del hombre que grita "¡Por aquí, vamos, por aquí!", se torna más y más fuerte. Está próxima. Escala un último tramo de rocas y resbaladizos peñascos. En lo mas alto se vislumbran unos extraños haces de iluminación. Ante tal acontecimiento, ya no se exalta, aunque no puede contener la emoción. Prosigue su escalada. Piensa en todo el tiempo que ha pasado desde que se deshizo de sus ataduras, cinco años atrás. Aunque quisiera, ya no podría volver, la distancia se ha hecho demasiado grande.
"Y esta otra parte que nos recuerda sin cesar nuestras desgracias, que nos hace exhalar lamentos, y que nunca se sacia, ¿temeremos decir que es una cierta cosa irracional, cobarde y tímida? [...] Porque nada se presta mejor a una imitación variada que el dolor y la desesperación; mientras que un carácter sabio, tranquilo, siempre semejante a sí mismo, hay dificultad en imitarle, y la pintura que de él se hiciese sería poco a propósito para conmover esa multitud confusa que se reúne de ordinario en los teatros; porque sería presentarle la imagen de una condición que les es completamente extraña." - Libro X, La República.
Llega a un tramo llano, y se ve obligado a bajar con fuerza los párpados. Al fondo, una blanco intenso y brillante lo deslumbra. Entreabriendo los ojos, entre las rendijas de los dedos, reconoce vagamente la negra silueta de un hombre. Es el hombre de la voz: "¡Ánimo chico, que ya llegas!".
"Pero cuando un hombre observa una conducta sobria y arreglada; cuando antes de entregarse al sueño reanima la antorcha de su razón, alimentándola con reflexiones saludables, conversando consigo mismo; cuando, sin saciar a la parte animal, le concede lo que no puede rehusarse, para que se tranquilice y no turbe con su alegría o su tristeza la parte inteligente del alma, sino, antes bien, la deje sola, desprendida de los sentidos, para continuar en sus curiosas observaciones sobre lo que ignore de lo pasado, de lo presente y de lo venidero; cuando este hombre, apaciguada así la parte en que reside la cólera, se acuesta tranquilo y sin resentimiento contra nadie; en fin, cuando todo duerme en él menos su razón, que se mantiene despierta, entonces el espíritu ve más la verdad, se intima con ella, y no se siente turbado por fantasmas impuros y sueños criminales. [...] Lo único que importa saber es que hay en cada uno de nosotros incluyendo a los que parecen más dueños de sus pasiones, una especie de deseos crueles, brutales, sin freno, como lo prueban los sueños." - Libro IX, La República.
Libro II
"Si uno percibe el mundo como una burbuja de espuma y como un espejismo, a ese no lo ve el Dios de la Muerte. [...] Este mundo está ciego. Solamente unos pocos aquí pueden ver con claridad. Tan solo unos pocos van a un reino divino, como pájaros liberados de las redes." - Sutra nº170-174, Dhammapada.
2222 tarda varios días en adaptar la vista a las nuevas condiciones. Es la primera vez que entra por sus ojos luz solar. Ha empezado a ver árboles, hierba, pájaros, liebres... Se da cuenta de que no sólo las sombras que había estado viendo eran irreales, sino que también lo eran los objetos de donde provenían.
"Observa lo que es. Observa lo que no es. Sigues el camino verdadero." - Buddha, Dhammapada.
Siente la brisa y el aire puro circular por sus pulmones. Conocía todas esas cosas y había creído durante largo tiempo saber cómo eran cuando habitaba en las profundidades atado de piernas y cuello. Pero ahora que ya no ve sombras de seres y objetos, ni seres y objetos falsos, sino que ve a los seres y los objetos, se percata de que había estado viviendo en un completo delirio, y de que el mundo de fantasía en el que había estado inmerso no tenía nada que ver con la realidad. Ya no se encuentra en la esfera de lo visible...
"- ¿Cuáles son las cualidades que se requieren para juzgar bien? ¿No son la experiencia, la reflexión y el razonamiento? [...] ¿Y cuál de nuestros tres hombres [filosófico, interesado y ambicioso] tiene más experiencia de las tres clases de placeres de que acabamos de hablar [conocimiento, lucro, ambición] ¿Crees que el hombre interesado, si se dedicase al conocimiento de la verdad, sería más capaz de juzgar de la naturaleza del placer que acompaña a la ciencia, que lo es el filósofo de juzgar el placer que causa el lucro?
- De ninguna manera, porque el filósofo se ha encontrado desde la infancia en la necesidad de gustar otros placeres que los de la inteligencia; mientras que ninguna necesidad ha tenido el hombre interesado en experimentar, al estudiar la verdad, la dulzura del placer de conocer. [...]
- Luego el filósofo tiene mayor experiencia que el hombre interesado respecto de ambos placeres. [...] ¿No conoce también el filósofo por experiencia el placer que va unido a los honores mejor que conoce el ambicioso el placer que produce la sabiduría?
- Sin duda, puesto que cada uno de estos tres hombres está seguro de la honra que le resultará si llega a conseguir el objeto que se propone. [...]
- Por consiguiente, [el filósofo] es el único que a las luces de la experiencia une las de la reflexión. [...]
- En cuanto al instrumento, que es la tercera condición para juzgar bien, no pertenece en propiedad ni al interesado, ni al ambicioso, y sí sólo al filósofo. [...] Pero el razonamiento, hablando con propiedad, es el instrumento del filósofo. [...] Luego de los tres placeres de que se trata, el más dulce es el que depende de esta parte del alma por la que adquirimos conocimientos, y el hombre que da a esta parte el mando sobre sí mismo, pasa la vida más dichosa.
- Estoy conforme, y cuando el sabio alaba la felicidad de su estado tiene razón para hacerlo. [...] Todo otro placer que no sea el del sabio no es un placer real, un placer puro, sino que, por el contrario, no es más que una sombra, un fantasma de placer." - Libro IX, La República.
Ahora se halla en mitad de una clariana, donde se asienta el hombre de la voz junto a otros hombres y mujeres. El hombre de la voz se llama Louis-Marie. Según le ha comentado otro hombre, desaparece durante largos períodos de tiempo. Según cree él, es porque va a visitar las profundidades de otra caverna, ahora vieja y olvidada. Conversan todos juntos acerca del mundo y comparten sus pensamientos. Son hombres como él, hombres que consiguieron escapar del antro tiempo atrás. Los más mayores explican que siglos antes, cuando era más fácil liberarse, su grupo era algo más numeroso. Dos décadas antes la población había llegado a un mínimo crítico, pero que actualmente, desde hacía pocos años, había una extraña tendencia al alza; nunca habían arribado fugitivos con tanta frecuencia como ahora. La mayoría de ellos, no obstante, solían retornar espantados hacia las escarpadas paredes de la gruta a causa del miedo y la confusión que les infunde la superficie...
"Quienquiera que, liberado del deseo, encuentra disfrute en el bosque, pero más adelante es tentado por el deseo y vuelve a casa, tal hombre, ¡contempladlo!, era libre y ha vuelto a la esclavitud." - Sutra nº344, Dhammapada.
No es la situación, sin duda, de 2222, que tiene una vista clara y ya prácticamente ha abandonado el temor.
"Aún estando en un bosque vacío, él encuentra disfrute porque no desea nada." - Buddha, Dhammapada.
Un hombre de edad avanzada destaca entre los demás; se ha mantenido callado todo el tiempo, pero al fin decide intervenir en la conversación. Justo cuando comienza a hablar se oyen suspiros de hastío; el resto de miembros, con gestos de desaprobación, se alzan y marchan. El hombre no se inmuta y, tras un breve silencio, prosigue con su prosa: explica al recién llegado por qué consiguió liberarse de sus ataduras; fueron los hombres encapuchados quienes le indujeron, mediante cierto tipo de sombras como las que él vio. Explica que la caverna está en constante evolución y que ahora pretenden remodelarla por completo. Tienen la intención de aplicar un cambio radical, a partir del cual será imposible para cualquier cautivo escapar. Que en este preciso espacio de tiempo sea más fácil para los cautivos huir a la superficie es tan solo una consecuencia de la verdadera meta de los magistrados: lo que ellos llaman "La Nueva República". Para lograr conformar la República necesitan de la fuerza de los propios esclavos, por lo que introducen pistas entre las sombras para que los más perspicaces de ellos sean capaces de despertar. El objetivo es que sean captados por agentes suyos disfrazados de fugitivos, como David Jones, quienes se encargan de redirigir sus energías a la creación del gran proyecto. El suyo en particular, le dice a 2222, es un caso aislado de alguien que ha evadido la manipulación de los ilusionistas. Es un mal menor que ya tenían previsto.
"El que ha desarrollado el anhelo por lo Incondicionado tiene la mente motivada y no condicionada por los placeres materiales, es denominado uno que No-retorna." - Sutra nº218, Dhammapada.
Se encuentran en un período de transición único y decisivo en la historia de la caverna, y esa es la razón por la que se ha podido liberar. No ha sido puramente su esfuerzo, ha sido también la suerte de haber nacido en el momento adecuado. Probablemente ha sido uno de los últimos en escapar del antro y prácticamente nadie más lo conseguirá. Inmediatamente a 2222 le asalta la pregunta; "La Nueva República; ¿Con qué objetivo? ¿Qué es lo que quieren? ¿Se trata de poder?" Así se la formula al anciano, quien responde: "Lo sabrás si prosigues el camino".
"Esforzaos y sed rigurosos, como lo es el corcel cuando siente el látigo. Por la confianza, la virtud, el esfuerzo, la concentración, la investigación de la Verdad, el recto conocimiento y conducta, la atención mental, superaréis el gran sufrimiento." - Sutra nº144, Dhammapada.
Ante la evidente perplejidad de 2222, el hombre mayor explica algo impactante; que llegar a la superficie únicamente supone la mitad del viaje, que todavía le falta lo peor: escalar la montaña. A medida que ascienda por ella, irá descubriendo la verdad. La montaña tiene 1.000 kilómetros de altura. 2222 hace un esfuerzo y alza la vista. Su vista inadaptada no le había permitido mirar aún hacia el cielo. Una montaña enorme se extiende hasta el infinito, no se puede percibir su fin. Según dicen, desde su cima se puede tocar el Sol, el que rige todas las cosas.
"Ten por cierto que lo que derrama sobre los objetos de las ciencias la luz de la verdad, lo que da al alma la facultad de conocer, es la idea del bien, que es el principio de la ciencia y de la verdad, en cuanto caen bajo el dominio del conocimiento." - Libro VI, La República.
"Pero aquellos que ven lo esencial en lo esencial y lo inesencial en lo inesencial, debido a su correcta visión, perciben la esencia." - Sutra nº12, Dhammapada.
Nadie más aparte de los que la han alcanzado sabe qué hay en ella. A la pregunta de por qué ni él ni ninguno de los que acaban de irse ha intentado subirla, el anciano responde sobre los demás que llegaron a la superficie con la vista dañada por tantos años de oscuridad, y que ahora no son capaces de ver la montaña y mucho menos el Sol; que es por eso que han marchado tan disgustados y prefieren no escucharle, pues piensan que está demenciado y que la montaña de la que habla no es real; que perciben el Sol pero solo de forma indirecta y muy distorsionada; y, finalmente, que ahí donde se encuentran ahora no existe ni el dolor, ni el hambre, ni la enfermedad ni el desamor, por lo que jamás estarían dispuestos a abandonar la región media.
"El que pasa de una región inferior a una región media, ¿no se imagina subir a lo más alto? Y cuando ha llegado a la región media, y echa una mirada al punto de donde ha partido, ¿qué otra idea puede ocurrírsele sino que está en lo alto, porque no conoce aún la región verdaderamente alta? [...] ¿A qué puede atribuirse su error sino a la ignorancia en que está respecto a la región verdaderamente alta, verdaderamente media, verdaderamente baja? [...] ¿Y es extraño que hombres que no conocen la verdad se formen ideas falsas de mil cosas, entre otras, del placer, del dolor y de lo que es intermedio entre uno y lo otro, de suerte que cuando pasan al dolor, creen sufrir y sufren en efecto, y cuando del dolor pasan al estado intermedio, se persuaden de que han llegado al pleno goce del placer? ¿Es extraño que gentes que jamás han percibido el verdadero placer y que no consideran el placer sino por oposición con la cesación del dolor, se engañen en sus juicios, poco más o menos como si no conociendo el color blanco tomasen el color gris por blanco, comparándole con el negro? [...] Por consiguiente, los que no conocen ni la sabiduría ni la virtud, y están siempre entregados a los festines y demás placeres sensuales, pasan sin cesar de la región baja a la región media, y de la media a la baja; viven errantes entre estos dos términos, sin poder nunca traspasarlos. Jamás se han elevado a la alta región ni han levantado hasta allí sus miradas; jamás han estado en posesión del ser; jamás han experimentado un gozo puro y verdadero." - Libro IX, La República.
Respecto a él mismo, dilucida que es demasiado mayor, que no le restan fuerzas para embarcarse de nuevo en tal expedición; que moriría antes de conseguirlo, convirtiendo su vida en un sufrimiento inútilmente; y que cuando tenía menos edad e intentó ascender, escaló lo suficiente para descubrir lo que le acaba de contar, pero que debió retornar porque para entonces ya se encontraba decrépito y exhausto. 2222, en cambio, es joven, preserva la visión y desea ante todo la sabiduría. Siente una gran emoción al ver lo que tiene por delante y entiende precisamente que cuando comience a caminar será para hacer desaparecer dicha sensación.
"Por consiguiente, todo hombre sensato dirigirá todas sus acciones a este mismo fin. En primer lugar, cultivará y estimará por encima de todo las ciencias propias para perfeccionar su alma, despreciando todas aquellas que no producen el mismo efecto. [...] En segundo lugar, en su régimen corporal no buscará el goce de los placeres brutales e irracionales; buscará la salud, la fuerza, la belleza, en cuanto todas estas ventajas sean para él medios de ser más modernos; y, en una palabra, no mantendrá una perfecta armonía entre las partes de su cuerpo, sino en cuanto pueda servir para mantener el acuerdo que debe reinar en su alma. [...] Pero teniendo siempre fijos sus ojos en el gobierno de su alma, atento a impedir que la opulencia de una parte y la indigencia de otra desarreglen los resortes, hará estudio en conservar siempre el mismo plan de conducta en las adquisiciones y gastos que pueda hacer. Rigiéndose por estos mismos principios en razón de honores, ambicionará y, si se quiere, tendrá hasta un placer en obtener los que puedan hacerle mejor; y huirá lo mismo en la vida privada que en la pública de los que puedan turbar el orden que reina en su alma." - Libro IX, La República.
Toma unos días de reposo durante los cuales reflexiona y se prepara para lo que le espera.
"Aquel que se sienta solo, descansa solo, pasea solo, se autocontrola en soledad, hallará dicha en el bosque." - Sutra nº350, Dhammapada.
"Larga es la noche para aquel que está despierto. Largo es el camino para el viajero cansado. Larga es la existencia repetida para los necios que no conocen la Enseñanza Sublime." - Sutra nº60, Dhammapada.
Al igual que había intuido la proximidad de la salida de la caverna, ahora intuía que clase de cosas podría encontrar ahí arriba.
"Es dulce vivir arduamente y ser dueño de ti mismo." - Buddha, Dhammapada.
¿Qué puede esperarse uno cuando llega a lo más alto? Quizá halle la paz absoluta, piensa. Quizá consiga romper el ciclo eterno de la vida y la muerte, de lo que nace y perece, abandonar el Samsara y alcanzar la luz que rige el mundo de las ideas, el Nirvana. Quizá halle una teoría, una teoría capaz de explicar cualquier acontecimiento, acto, pensamiento, comportamiento... Capaz de explicar toda la existencia, el mismo sentido de la vida... Una teoría que ya había ido esbozando en su mente y que intuye que quedará bien desarrollada en la cima: La Teoría Absoluta.
"Cuando el alma entera marcha guiada por la razón sin que se suscite en ella rebelión alguna, sino que, antes bien, cada una de sus partes se mantenga en sus justos límites de su acción, aún le queda el goce de los placeres más puros y más verdaderos que puede gozar." - Libro IX, La República.
"En cuanto al filósofo, diremos resueltamente que de nada hace aprecio en comparación del placer que le proporciona el conocimiento de la verdad, y que por su aplicación continua a este estudio tiende a proporcionarse más y más este goce; y con respecto a los demás placeres, si los llama necesidades, es porque no se los procuraría, si la naturaleza no lo exigiese." - Libro IX, La República.
Cuando declara sus intenciones al anciano, éste le advierte de los grandes peligros que le aguardan, que pueden hacer empequeñecer a los padecidos en la caverna. El mínimo error, y caerá al vacío...
"El monje que se deleita en la atención y observa con temor la inatención, no es tendente a la caída. Está en presencia del Nibbana." - Sutra nº32, Dhammapada.
El ascenso puede durar diez años, o toda la vida. Nadie le garantiza que no muera antes de alcanzar la cima.
"Eres como la hoja amarilla. Los mensajeros de la muerte están cerca. Vas a realizar un largo viaje. ¿Qué llevarás contigo?" - Sutra nº235, Dhammapada.
"- Sin embargo, aún no hemos hablado de las mayores recompensas ofrecidas a la virtud. [...] ¿Puede llamarse grande lo que pasa en un pequeño espacio de tiempo? En efecto, el intervalo que separa nuestra infancia de la vejez es bien poco en comparación de la eternidad. [...] ¡Y qué! ¿Piensas que un ser inmortal debe limitar sus cuidados y sus miradas a un tiempo tan corto en vez de extenderlas a la eternidad?
- No lo creo, pero ¿a qué viene esta observación?
- ¿No sabes que nuestra alma es inmortal y que no perece jamás?..." - Libro X, La República.
Pero en todo caso -reflexiona 2222- no tiene nada que perder.
"Antes de que pase mucho tiempo, este cuerpo, desprovisto de la consciencia, yacerá arrojado sobre la tierra, siendo de tan poco valor como un leño." - Sutra nº41, Dhammapada.
Esta vez no encontrará a nadie por el camino ni tendrá un guía que le conduzca, subirá totalmente solo. Esta vez no habrá compañeros de viaje ni desconocidos que le ayuden.
"Gloria para aquel que se esfuerza, permanece vigilante, es puro en conducta, considerado, autocontrolado, recto en su forma de vida y capaz de permanecer en creciente atención." - Sutra nº24, Dhammapada.
Tendrá que hacer frente a la más absoluta de las soledades, al riesgo de ser inducido a la locura, al frío extremo, a la falta de oxigeno, a la niebla intensa, a las grandes ventiscas, al granizo, a aludes y desprendimientos, a seres y presencias que intentarán engañarle y hacerle caer, y a todo tipo de trampas y obstáculos que se irán interponiendo. Antes de partir, recibe dos consejos:
"Tomar consejo de la razón sobre lo que acaba de suceder, reparar los efectos de la mala suerte, como se repara una mala jugada de dados; es decir, por los medios que la razón haya demostrado que son los mejores, y no obrar como los niños, que cuando sufren una caída llevan la mano a la parte de la herida y pierden el tiempo en llorar; antes bien, acostumbrar su alma a aplicar prontamente el remedio a la herida, levantar lo que ha caído, y no malgastar el tiempo en llorar inútilmente." - Libro X, La República.
"Si uno se aprecia a sí mismo, deberá protegerse bien. El hombre sabio permanece atento en cada una de las tres vigilias." - Sutra nº157, Dhammapada.
A modo de despedida, el hombre mayor le cuenta una última historia, el relato de un hombre que logró alcanzar la cumbre. Se dice que una vez arriba lo que vio fue tan terrorífico, sintió un miedo tan terrible, que no pudo soportarlo y se lanzó al vacío. Nadie sabe qué es lo que vio, pero aunque hubiera sobrevivido para contarlo, no podría haberlo explicado porque presumiblemente nadie le entendería. Cuando finaliza la historia, 2222 piensa en que aquél hombre no pudo haber alcanzado la cima, pues en la cima el miedo ha de haber quedado extinto.
"Para aquellos cuyo viaje está concluido, libres de dolor, plenamente liberados de todo y que han puesto fin a todas las ataduras, se extinguió el fuego. Para ellos no hay acumulación, y su alimento no es otro que la Liberación, que es Vacío e Indefinible: tal es su objeto. Su curso es como el de los pájaros en el aire: no deja huella." - Sutra nº 90-92, Dhammapada.
Claramente debía tratarse de un mito creado por un hombre de superficie que justificaba así sus innobles temores a subir la montaña, un hombre incapaz de renunciar al deseo y de llevar a cabo los grandes esfuerzos a los que debe someterse la razón.
"Pocos entre los seres humanos son los que cruzan a la otra orilla. La mayoría solamente suben y bajan por la misma orilla. Pero aquellos que obran rectamente de acuerdo con la Enseñanza, que está bien establecida, cruzan más allá de las pasiones y alcanzan el Nibbana." - Sutra nº85-86, Dhammapada.
"Justo acabo de salir de la caverna" - se dice a sí mismo -, "ahora toca lo más difícil: escalar la montaña hasta alcanzar el Sol. Siddharta y Aristocles están esperando arriba. Llevan ahí 2.500 años. Ya es hora de poner rumbo a la cima, de hender la cuarta dimensión: ¡En marcha!".
Libro I
"Del mismo modo que puede germinar y florecer un aromático
loto en un estercolero, así, entre los ofuscados, deslumbra en sabiduría
el discípulo que sigue al Perfecto Iluminado." - Sutra nº58-59, Dhammapada.
Entre el tumulto de cautivos, excepcionalmente, algunos individuos consiguen liberarse de sus ataduras y logran mirar su entorno con más detenimiento. Observan su alrededor con curiosidad, y al avistar el muro que yacía a sus espaldas, se preguntan qué habrá detrás de él. De estos individuos, solo unos cuantos reúnen el suficiente valor para acercarse a él y sortearlo. A medida que se acercan dejan de oír los murmullos de los cautivos y empiezan a percibir las voces tántricas. El miedo se va acrecentando y llegan el sudor frío y las palpitaciones. No es fácil sortear el muro, pero hay numerosas grietas a ambos lados que permiten traspasarlo. Antes de aventurarse, asoman la cabeza y ven al grupo de ilusionistas, aunque no alcanzan a ver sus rostros.
"¿Quién comprenderá esta tierra y el terreno de Yama y este mundo de los devas? ¿Quién investigará el bendito Camino de la Virtud como el experto que selecciona las mejores flores?" - Sutra nº44, Dhammapada.
Uno de estos individuos lleva grabada la cifra 2222 en la muñeca. Lleva varios meses de incertidumbre y desasosiego reflexionando sobre las sombras que ha estado viendo desde pequeño.
"Saludable es la visión de los Nobles; su compañía siempre resulta dichosa. No viendo a necios, uno permanecería siempre feliz. Verdaderamente, quien permanece en compañía de necios se atribula durante mucho tiempo. La asociación con necios es incluso tan penosa como con un enemigo. Feliz es la compañía con un sabio, incluso tanto como el encuentro con un pariente." - Sutra nº206-207, Dhammapada.
Siempre había considerado que aquellas sombras eran la realidad, hasta que un buen día apreció en un rincón al que nadie suele mirar, de forma transitoria, una sombra en la que podía leerse con claridad la palabra "Despierta".
"No vivas en la distracción y los falsos sueños del mundo, fuera de la ley." - Buddha, Dhammapada.
Pocos parecieron percibir aquel mensaje, y la gran mayoría de ellos no le dio la más mínima importancia. 2222, en cambio, empezó a prestar más atención a aquella porción de áspera superficie tan poco frecuentada por la mirada de la multitud.
"La atención es el camino hacia
la inmortalidad; la inatención es el sendero hacia la muerte. Los
que están atentos no mueren; los inatentos son como si ya
hubieran muerto." - Sutra nº21, Dhammapada.
Al cabo de unos días apareció otra sombra peculiar en la pared. En ella ponía: "Las sombras no son reales". El mensaje duró nada más que un par de segundos y tuvo un impacto tremendo en su persona. Fue ahí cuando empezó a meditar acerca de la veracidad de las sombras, de su relación con la realidad.
"¿Cuál es la más real y verdadera plenitud, la que proviene de las cosas que tienen más realidad o la que proviene de las cosas que tienen menos?" - Libro IX, La República.
Comentó con cautela lo que había visto a uno de sus compañeros, pero éste, sintiendo verdadera aversión, ni siquiera se dignó a contestarle. Llegando incluso a pensar que su insólita experiencia había sido tan solo una ilusión o un sueño, 2222 quiso averiguar más; puesto que tenía el cuello atado y bien sujeto, para poder llegar a contemplar mejor su entorno se vio obligado a moverlo en ángulos y planos totalmente novedosos y a adoptar posiciones distónicas que provocaron sensación de incomodidad y menosprecio en sus proximidades.
"Con amabilidad supera la ira. Con generosidad supera la mezquindad. Con la verdad supera la decepción." - Sutra nº223, Dhammapada.
Fue así como logró tomar nuevas perspectivas del hábitat en el que vivía; acostumbrado como estaba a mirar siempre hacia delante, nunca se había fijado en la cuerda ligada al cuello, ni mucho menos cómo ésta limitaba sus movimientos de tal modo que no le permitía ver todo lo que ahora empezaba a desear.
"Aquel que desea despertar realiza sus deseos gozosamente." - Buddha, Dhammapada.
Con el paso de los días su curiosidad y su angustia fueron incrementándose hasta el punto de llevarlo a cometer lo que él creyó una locura; puesto que sus manos estaban libres no tenía ningún impedimento en desatarse. Podría por lo tanto tratar de quitarse el amarre aunque fuera por un breve espacio de tiempo. Cuando se atrevió a hacerlo y pudo ampliar su campo de visión, al girar la cabeza advirtió que, situada a sus espaldas, se encontraba una muchedumbre ingente de personas dispuestas de rodillas y atadas como él lo había estado un instante antes.
"La existencia es tristeza. Compréndelo y ve más allá de la aflicción. Ese es el camino de la luminosidad." - Buddha, Dhammapada.
Tras varios minutos inspeccionando aquí y allá, se dio cuenta de que al estar de rodillas no alcanzaba a ver hasta dónde llegaba el inmenso gentío ni qué había más allá de él. Necesitaba adquirir, pues, una visión más panorámica, así que trató de levantarse. No pudo porque unas cuerdas le sujetaban los tobillos y se lo impedían. Nunca antes se había percatado de ellas. Ya que había hecho el esfuerzo de quitarse las ligaduras del cuello, pensó, no le venía de más quitarse también las de las piernas. Con el miedo a lo desconocido en el cuerpo y un tanto desorientado, apoyó primero las palmas de las manos sobre el suelo; le siguió el pie derecho; se sirvió luego de la rodilla para incorporarse. De forma torpe, lenta y exasperante, fue erigiéndose poco a poco a medida que alzaba la extremidad izquierda. La debilidad de sus atrofiados soportes era evidente; una vez en bipedestación tardó varios segundos en estabilizarse. A esas alturas los murmullos y alaridos de su alrededor en contra de su persona se habían hecho notables. Ciertamente, no le importó demasiado, ahora que veía las cosas por primera vez desde más arriba.
"La muerte sorprende al hombre que aturdido y distraído por el mundo, sólo se preocupa de su rebaño y sus hijos. La muerte lo atrapa como una riada que arrasa una aldea dormida." - Sutra nº287, Dhammapada.
De hecho, fue en parte debido a los gritos e improperios recibidos que cogió el impulso y ánimo suficientes para dar los primeros pasos, con la intención de contemplar con más detenimiento la caverna a lo largo de lo que debía ser una pequeña expedición.
"El necio duerme como si ya estuviera muerto, pero el maestro está despierto y vive para siempre. Él observa. Tiene claridad." -Buddha, Dhammapada.
Ahora se encuentra asomando la cabeza por una de las brechas laterales que permiten sortear el muro, viendo por primera vez a aquellos hombres sin rostro, con las túnicas granate, largas hasta los pies, y escuchando sus voces profundas emerger del vacío negro y absoluto de las capuchas. Sin aliento, el corazón paralizado. Para añadir más terror y tensión a la escena, un destello momentáneo proveniente de las llamas del gran fuego ilumina a uno de los ilusionistas, alcanzándose a ver una porción triangular de la parte superior de su faz; una piel de aspecto cadavérico, color porcelana; en medio, un ojo grisáceo que le está mirando fijamente.
"Como un noble caballo rápido bajo el látigo, arde y sé veloz." - Buddha, Dhammapada.
"Haz lo que tengas que hacer resueltamente, con todo tu corazón. El viajero que duda, únicamente levanta polvo en el camino." - Buddha, Dhammapada.
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Al cabo de unos días apareció otra sombra peculiar en la pared. En ella ponía: "Las sombras no son reales". El mensaje duró nada más que un par de segundos y tuvo un impacto tremendo en su persona. Fue ahí cuando empezó a meditar acerca de la veracidad de las sombras, de su relación con la realidad.
"¿Cuál es la más real y verdadera plenitud, la que proviene de las cosas que tienen más realidad o la que proviene de las cosas que tienen menos?" - Libro IX, La República.
Comentó con cautela lo que había visto a uno de sus compañeros, pero éste, sintiendo verdadera aversión, ni siquiera se dignó a contestarle. Llegando incluso a pensar que su insólita experiencia había sido tan solo una ilusión o un sueño, 2222 quiso averiguar más; puesto que tenía el cuello atado y bien sujeto, para poder llegar a contemplar mejor su entorno se vio obligado a moverlo en ángulos y planos totalmente novedosos y a adoptar posiciones distónicas que provocaron sensación de incomodidad y menosprecio en sus proximidades.
"Con amabilidad supera la ira. Con generosidad supera la mezquindad. Con la verdad supera la decepción." - Sutra nº223, Dhammapada.
Fue así como logró tomar nuevas perspectivas del hábitat en el que vivía; acostumbrado como estaba a mirar siempre hacia delante, nunca se había fijado en la cuerda ligada al cuello, ni mucho menos cómo ésta limitaba sus movimientos de tal modo que no le permitía ver todo lo que ahora empezaba a desear.
"Aquel que desea despertar realiza sus deseos gozosamente." - Buddha, Dhammapada.
Con el paso de los días su curiosidad y su angustia fueron incrementándose hasta el punto de llevarlo a cometer lo que él creyó una locura; puesto que sus manos estaban libres no tenía ningún impedimento en desatarse. Podría por lo tanto tratar de quitarse el amarre aunque fuera por un breve espacio de tiempo. Cuando se atrevió a hacerlo y pudo ampliar su campo de visión, al girar la cabeza advirtió que, situada a sus espaldas, se encontraba una muchedumbre ingente de personas dispuestas de rodillas y atadas como él lo había estado un instante antes.
"La existencia es tristeza. Compréndelo y ve más allá de la aflicción. Ese es el camino de la luminosidad." - Buddha, Dhammapada.
Tras varios minutos inspeccionando aquí y allá, se dio cuenta de que al estar de rodillas no alcanzaba a ver hasta dónde llegaba el inmenso gentío ni qué había más allá de él. Necesitaba adquirir, pues, una visión más panorámica, así que trató de levantarse. No pudo porque unas cuerdas le sujetaban los tobillos y se lo impedían. Nunca antes se había percatado de ellas. Ya que había hecho el esfuerzo de quitarse las ligaduras del cuello, pensó, no le venía de más quitarse también las de las piernas. Con el miedo a lo desconocido en el cuerpo y un tanto desorientado, apoyó primero las palmas de las manos sobre el suelo; le siguió el pie derecho; se sirvió luego de la rodilla para incorporarse. De forma torpe, lenta y exasperante, fue erigiéndose poco a poco a medida que alzaba la extremidad izquierda. La debilidad de sus atrofiados soportes era evidente; una vez en bipedestación tardó varios segundos en estabilizarse. A esas alturas los murmullos y alaridos de su alrededor en contra de su persona se habían hecho notables. Ciertamente, no le importó demasiado, ahora que veía las cosas por primera vez desde más arriba.
"La muerte sorprende al hombre que aturdido y distraído por el mundo, sólo se preocupa de su rebaño y sus hijos. La muerte lo atrapa como una riada que arrasa una aldea dormida." - Sutra nº287, Dhammapada.
De hecho, fue en parte debido a los gritos e improperios recibidos que cogió el impulso y ánimo suficientes para dar los primeros pasos, con la intención de contemplar con más detenimiento la caverna a lo largo de lo que debía ser una pequeña expedición.
"El necio duerme como si ya estuviera muerto, pero el maestro está despierto y vive para siempre. Él observa. Tiene claridad." -Buddha, Dhammapada.
Ahora se encuentra asomando la cabeza por una de las brechas laterales que permiten sortear el muro, viendo por primera vez a aquellos hombres sin rostro, con las túnicas granate, largas hasta los pies, y escuchando sus voces profundas emerger del vacío negro y absoluto de las capuchas. Sin aliento, el corazón paralizado. Para añadir más terror y tensión a la escena, un destello momentáneo proveniente de las llamas del gran fuego ilumina a uno de los ilusionistas, alcanzándose a ver una porción triangular de la parte superior de su faz; una piel de aspecto cadavérico, color porcelana; en medio, un ojo grisáceo que le está mirando fijamente.
"Como un noble caballo rápido bajo el látigo, arde y sé veloz." - Buddha, Dhammapada.
"Haz lo que tengas que hacer resueltamente, con todo tu corazón. El viajero que duda, únicamente levanta polvo en el camino." - Buddha, Dhammapada.
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Entra el pánico en escena y los huidos vuelven pegando brincos y exaltados junto al tumulto de cautivos a explicar lo que han visto. Creen que el resto reaccionará ante sus explicaciones, pero no es así. Son tomados por locos; solo reciben menosprecio y risas. Si no fuera porque éstos están atados, los matarían. Ante tal situación, un número reducido de fugitivos no sucumbirá a las mordaces críticas de sus compañeros de cautiverio y decidirá volver a intentarlo: traspasar el muro y salir corriendo.
"- ¿Crees que envidiaría aún los honores, las alabanzas y las recompensas que allí se daban al que más pronto observaba las sombras a su paso, al que con más seguridad recordaba el orden en que marchaban yendo unas delante y detrás de otras o juntas, y que en este concepto era el más hábil para adivinar su aparición; o que tendría envidia a los que eran en esta prisión más poderosos y más honrados? ¿No preferiría como diría el Aquiles en Homero, pasar la vida al servicio de un pobre labrador y sufrirlo todo antes que recobrar su primer estado y sus primeras ilusiones?
- No dudo que estaría dispuesto a sufrir cuando se quisiera antes que vivir de esa suerte." - Libro VII, La República.
A pesar del miedo, y aunque saben que los titiriteros están observando con atención, no surgirá ningún tipo de impedimento a su huida. El viaje no acaba más que comenzar.
"Todo surge y desaparece. Pero quien despierta, lo hace para siempre." - Buddha, Dhammapada.
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Lejos de la hoguera, de los cánticos que penetran el alma y del granate de las túnicas, aguarda el silencio. La gruta está vagamente iluminada por antorchas. Un estado de confusión y shock abruman a 2222, impidiéndole pensar con claridad. Todo se ha vuelto extraño, misterioso... No queda otra que emprender la marcha, ignorando hacia dónde se dirige y qué es lo que vendrá. No podría ni imaginárselo.
"Dispersa, vagando sola, incorpórea, oculta en una cueva, es la mente. Aquellos que la someten se liberan de las cadenas de Mara." - Sutra nº 37, Dhammapada.
Piensa si debería sentir pena por sus ex-compañeros de cautiverio; e inmediatamente se percata de lo ridículo de su cuestión: ¿Por qué le debería entristecer la realidad? ¿A caso la realidad tiene algo de penoso? Entonces, ¿por qué debería parecerle penosa la vida de sus compañeros, si bien no puede llamarse vida?
"¿Qué risa, qué gozo puede haber cuando siempre se está ardiendo? Si estuvierais envueltos en la oscuridad, ¿no buscaríais la luz?" - Sutra nº146, Dhammapada.
Le espera una larga travesía repleta de peligros y horrores. Mientras duerma, en el lugar donde no existe el día, entre tinieblas, escalofriantes seres y espíritus de consistencia viscosa y asfixiante le abrazarán y susurrarán al oído. Mientras avance, artrópodos e insectos de enormes dimensiones le recorrerán por el torso, la espalda y la cabeza.
"Si no puedes sosegarte, ¿qué podrás aprender jamás? ¿Cómo llegarás a ser libre?" - Buddha, Dhammapada.
Deberá avanzar durante semanas en la más absoluta de las oscuridades y correr el riesgo de caerse, quedarse varado o ahogarse en los sifones.
"A través del esfuerzo, la diligencia, la disciplina y el autocontrol, que el hombre sabio haga de sí mismo una isla que ninguna inundación pueda anegar." - Sutra nº25, Dhammapada.
Con el paso del tiempo, a medida que suba y la superficie se halle más y más cerca, empezará a oír de vez en cuando una tenue voz, reverberante, que proviene de la lejanía: "¡Por aquí, es por aquí! ¿Me oís?, ¡Por aquí!"... Todos los fugitivos la oyen, pero, lógicamente desconfiados, se comportan como si no existiera.
Más adelante, durante el interminable ascenso, 2222 encontrará a uno de sus semejantes perdido entre las grutas y proseguirán juntos el áspero camino. Ante la locuacidad y la verborrea de su acompañante, 2222 no mediará palabra.
"Si permaneces en silencio, como un inservible gong, alcanzarás el Nibbana; hallarás la paz." - Sutra nº134, Dhammapada.
Ambos se encontrarán al cabo de poco tiempo con otro de ellos, un tipo especialmente afable y carismático, que parece tener una gran cantidad de conocimientos. Parece que entiende lo que está ocurriendo, quiénes son los hombres encapuchados y qué es lo que pretenden. Se llama David Jones y lleva años viviendo en la gruta, sobreviviendo sin apenas esfuerzo. Les desvela un gran secreto: ha descubierto la forma de alcanzar la libertad. Con gran oratoria y seguridad, les quiere mostrar la ruta que deben seguir. Dice que hay que despertar a los cautivos para que luchen por su liberación y se alcen así contra los hombres de las sombras que les oprimen; que deben trabajar todos juntos en la construcción de una nueva caverna, donde la libertad y los derechos de todos sus habitantes sean respetados.
"Felicidad o tristeza; cualquiera que te acontezca, sigue tu camino intacto, desapegado." - Sutra nº83, Dhammapada.
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Todos los fugitivos harán caso a David Jones, convencidos de que es uno de los suyos, y seguirán por el trayecto marcado hasta alcanzar una gran cámara. Esta cámara está repleta de hombres atados y de rodillas, mirando cara a la pared, contemplando fascinados nuevas sombras que nunca antes habían visto. Estas sombras tienen colores y van acompañadas de sonidos... Los recién llegados se arrodillarán sin dudarlo junto al resto.
"Mejor que mil disertaciones, mejor que
un mero revoltijo de palabras sin significado, es una frase sensata, al
escuchar la cual uno se calma." - Sutra nº100, Dhammapada.
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Solo 2222 dudará de Jones, y empezará a comprender cuál es el verdadero camino a seguir. Se pregunta: "Si nada de lo que conozco era real, ¿por qué debería serlo David Jones? Si un grupo de hombres encapuchados lleva engañándome desde que nací, ¿por qué ahora un individuo que apenas conozco ni sé de dónde ha salido debería decirme la verdad?"
"Atento entre los inatentos, plenamente despierto entre los dormidos, el sabio avanza como un corcel de carreras se adelanta sobre un jamelgo decrépito." - Sutra nº29, Dhammapada.
Decide no seguir los consejos de Jones, se despide de su compañero de viaje, y reemprende el camino completamente solo.
"Él no se entretiene con aquellos que tienen un hogar ni tampoco con los descarriados. No queriendo nada, viaja en solitario." - Buddha, Dhammapada.
De fondo vuelve a escuchar nuevamente la voz; "¡Por aquí!", y ahora le presta mucha más atención. Intenta percibir de dónde procede, pero no es capaz de adivinarlo. Con los días nuevas voces se empezarán a sumar a la anterior. Cada vez son más y más siniestras, algunas de ellas parece que le hablen directamente al oído, y cada una le indica un camino distinto. 2222, desamparado, ya no sabe hacia donde ir. Debe interrumpir la marcha y reflexionar sobre lo ocurrido, sobre cómo ha llegado hasta ahí. Intuye que la salida está cerca, pero debe descubrir como alcanzarla.
"Si determinas tu rumbo por la fuerza o con prisa, te pierdes el camino de la ley." - Buddha, Dhammapada.
"Tranquilamente considera qué está bien y qué está mal. Aceptando todas las opiniones por igual, sin apresuramiento, sabiamente, observa la ley." - Buddha, Dhammapada.
"Porque, mi querido Glaucón, es un gran combate, y más grande de lo que se piensa, aquel en que se trata de ser virtuoso o malo. No la gloria, ni las riquezas, ni las dignidades, ni, en fin, la poesía merecen que desperdiciemos por ellas la justicia y las demás virtudes." - Libro X, La República. pagina 291.
"Zazen significa estar sentado, sin hacer nada." - Buddha, Dhammapada.
Meditando, empieza a entender los mecanismos de control de los ilusionistas, empieza a comprender cómo trabajan sobre su naturaleza para conducirle de un lugar a otro, cómo complican la ruta para que no sepa por donde tirar.
"Mi querido amigo, ¿qué es, hablando propiamente, el hombre tirano, sino aquél a quien la educación o la naturaleza o ambas han hecho borracho, enamorado y loco? [...] La condición del hombre tiranizado por sus pasiones es la misma que la de un Estado oprimido por un tirano." - La República, Libro IX.
"Al que vive apegado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin moderación en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba, como el viento derriba a un árbol débil." - Buddha, Dhammapada.
"¿Por qué razón se ha condenado en todos tiempos una vida licenciosa, sino porque el libertinaje afloja la rienda a este monstruo enorme, cruel, de muchas cabezas? [...] ¿Por qué ofenden y se critican la insolencia y el humor irritable, sino porque desenvuelven en el hombre el modo del león y de la serpiente?" - Libro IX, La República.
"Oh esclavo del deseo, flota con la corriente. Pequeña araña, pégate a tu tela. O si no, abandona tus pesares en el camino." - Sutra nº347, Dhammapada.
"Sea así, y ahora me parece que nos falta examinar lo que es la injusticia. [...] ¿Puede ser otra cosa que una sedición de las tres partes del alma, que se extralimitan entrando en lo que no es de su incumbencia, usurpando atribuciones ajenas; una sublevación de la parte contra el todo, para arrogarse una autoridad que no le pertenece, porque, por su naturaleza, está hecha para obedecer a lo que está hecho para mandar? De aquí, diremos nosotros, de este orden, de esta turbación, es donde nacen la intemperancia y la injusticia, la ignorancia y la cobardía, en una palabra, los vicios." - Libro IV, La República.
Se percata de que, y ahora comienza a verlo con claridad, a pesar de todos los caminos erigidos, la ruta principal siempre se ha mantenido intacta. Es recto y hacia arriba que debe dirigirse. Es si va recto y hacia arriba que encontrará la salida.
"Todo lo significativo está contenido en una sola palabra: Sammasati." - Buddha, Dhammapada.
"¿No pertenece a la razón mandar, puesto que en ella es donde reside la prudencia, y que a ella toca también la inspección sobre toda el alma? ¿Y no toca a la cólera obedecerla y secundarla? [...] ¿Y cómo se podrá mantener un perfecto acuerdo entre estas dos partes sino mediante esa mezcla de la música y de la gimnasia de que hablamos arriba, y cuyo efecto será, de una parte, nutrir y fortificar la razón con buenos preceptos y con el estudio de las ciencias, y de otra, dulcificar y apaciguar el valor por el encanto de la medida y de la armonía? [...] Estas dos partes del alma, así educadas e instruidas en su deber, gobernarán el apetito sensitivo, que ocupa la mayor parte de nuestra alma y que es insaciable por su naturaleza. En caso de un ataque exterior, tomarán las mejores medidas para la seguridad del alma y del cuerpo. La razón deliberará; la cólera combatirá, y secundada por el valor, ejecutará las órdenes de la razón." - Libro IV, La República.
"Así como el arquero talla y pone sus flechas rectas, el maestro dirige sus pensamientos descarriados." - Buddha, Dhammapada.
"Gozad de la atención pura, vigilad vuestras mentes, salid
del fango de las pasiones como lo conseguiría un elefante hundido
en el fango." - Sutra nº327, Dhammapada.
Emprende de nuevo la marcha y siente como su naturaleza más primitiva va desprendiéndose de él. Está dejando de sentir temor, odio, repugnancia, alegría, tristeza, enamoramiento.
"Recíprocamente, decir que es útil el ser justo equivale a sostener que el hombre debe, con sus discursos y sus acciones, trabajar para dar una autoridad superior sobre sí mismo al hombre inferior, y conducirse con este monstruo de muchas cabezas como un entendido labrador, auxiliándose de la fuerza del león, para impedir el crecimiento de los animales feroces, y alimentar y fomentar los animales pacíficos, distribuyendo sus cuidados entre todos, para que se mantenga una perfecta inteligencia entre unos y otros y entre todos y él mismo." - Libro IX, La República.
"Gobiérnate a ti mismo según la ley. Esta es la simple enseñanza de los que están despiertos." - Buddha, Dhammapada.
"¿Sobre qué fundamento descansa la distinción establecida entre lo honesto y lo inhonesto? ¿No consiste en que lo uno somete la parte animal de nuestra naturaleza a la parte humana, o más bien, divina, y que otro somete a la parte brutal y feroz la que es mansa y suave?" - Libro IX, La República.
"Mejor conquistarse a uno mismo que conquistar a los demás. Ni un dios ni un semidiós, ni Mara ni Brahma, pueden deshacer la victoria de aquel que se ha amaestrado a sí mismo y se conduce siempre con moderación." - Sutra nº104-105, Dhammapada.
Poco a poco la voz del hombre que grita "¡Por aquí, vamos, por aquí!", se torna más y más fuerte. Está próxima. Escala un último tramo de rocas y resbaladizos peñascos. En lo mas alto se vislumbran unos extraños haces de iluminación. Ante tal acontecimiento, ya no se exalta, aunque no puede contener la emoción. Prosigue su escalada. Piensa en todo el tiempo que ha pasado desde que se deshizo de sus ataduras, cinco años atrás. Aunque quisiera, ya no podría volver, la distancia se ha hecho demasiado grande.
"Y esta otra parte que nos recuerda sin cesar nuestras desgracias, que nos hace exhalar lamentos, y que nunca se sacia, ¿temeremos decir que es una cierta cosa irracional, cobarde y tímida? [...] Porque nada se presta mejor a una imitación variada que el dolor y la desesperación; mientras que un carácter sabio, tranquilo, siempre semejante a sí mismo, hay dificultad en imitarle, y la pintura que de él se hiciese sería poco a propósito para conmover esa multitud confusa que se reúne de ordinario en los teatros; porque sería presentarle la imagen de una condición que les es completamente extraña." - Libro X, La República.
Llega a un tramo llano, y se ve obligado a bajar con fuerza los párpados. Al fondo, una blanco intenso y brillante lo deslumbra. Entreabriendo los ojos, entre las rendijas de los dedos, reconoce vagamente la negra silueta de un hombre. Es el hombre de la voz: "¡Ánimo chico, que ya llegas!".
"Pero cuando un hombre observa una conducta sobria y arreglada; cuando antes de entregarse al sueño reanima la antorcha de su razón, alimentándola con reflexiones saludables, conversando consigo mismo; cuando, sin saciar a la parte animal, le concede lo que no puede rehusarse, para que se tranquilice y no turbe con su alegría o su tristeza la parte inteligente del alma, sino, antes bien, la deje sola, desprendida de los sentidos, para continuar en sus curiosas observaciones sobre lo que ignore de lo pasado, de lo presente y de lo venidero; cuando este hombre, apaciguada así la parte en que reside la cólera, se acuesta tranquilo y sin resentimiento contra nadie; en fin, cuando todo duerme en él menos su razón, que se mantiene despierta, entonces el espíritu ve más la verdad, se intima con ella, y no se siente turbado por fantasmas impuros y sueños criminales. [...] Lo único que importa saber es que hay en cada uno de nosotros incluyendo a los que parecen más dueños de sus pasiones, una especie de deseos crueles, brutales, sin freno, como lo prueban los sueños." - Libro IX, La República.
Libro II
"Si uno percibe el mundo como una burbuja de espuma y como un espejismo, a ese no lo ve el Dios de la Muerte. [...] Este mundo está ciego. Solamente unos pocos aquí pueden ver con claridad. Tan solo unos pocos van a un reino divino, como pájaros liberados de las redes." - Sutra nº170-174, Dhammapada.
2222 tarda varios días en adaptar la vista a las nuevas condiciones. Es la primera vez que entra por sus ojos luz solar. Ha empezado a ver árboles, hierba, pájaros, liebres... Se da cuenta de que no sólo las sombras que había estado viendo eran irreales, sino que también lo eran los objetos de donde provenían.
"Observa lo que es. Observa lo que no es. Sigues el camino verdadero." - Buddha, Dhammapada.
Siente la brisa y el aire puro circular por sus pulmones. Conocía todas esas cosas y había creído durante largo tiempo saber cómo eran cuando habitaba en las profundidades atado de piernas y cuello. Pero ahora que ya no ve sombras de seres y objetos, ni seres y objetos falsos, sino que ve a los seres y los objetos, se percata de que había estado viviendo en un completo delirio, y de que el mundo de fantasía en el que había estado inmerso no tenía nada que ver con la realidad. Ya no se encuentra en la esfera de lo visible...
"- ¿Cuáles son las cualidades que se requieren para juzgar bien? ¿No son la experiencia, la reflexión y el razonamiento? [...] ¿Y cuál de nuestros tres hombres [filosófico, interesado y ambicioso] tiene más experiencia de las tres clases de placeres de que acabamos de hablar [conocimiento, lucro, ambición] ¿Crees que el hombre interesado, si se dedicase al conocimiento de la verdad, sería más capaz de juzgar de la naturaleza del placer que acompaña a la ciencia, que lo es el filósofo de juzgar el placer que causa el lucro?
- De ninguna manera, porque el filósofo se ha encontrado desde la infancia en la necesidad de gustar otros placeres que los de la inteligencia; mientras que ninguna necesidad ha tenido el hombre interesado en experimentar, al estudiar la verdad, la dulzura del placer de conocer. [...]
- Luego el filósofo tiene mayor experiencia que el hombre interesado respecto de ambos placeres. [...] ¿No conoce también el filósofo por experiencia el placer que va unido a los honores mejor que conoce el ambicioso el placer que produce la sabiduría?
- Sin duda, puesto que cada uno de estos tres hombres está seguro de la honra que le resultará si llega a conseguir el objeto que se propone. [...]
- Por consiguiente, [el filósofo] es el único que a las luces de la experiencia une las de la reflexión. [...]
- En cuanto al instrumento, que es la tercera condición para juzgar bien, no pertenece en propiedad ni al interesado, ni al ambicioso, y sí sólo al filósofo. [...] Pero el razonamiento, hablando con propiedad, es el instrumento del filósofo. [...] Luego de los tres placeres de que se trata, el más dulce es el que depende de esta parte del alma por la que adquirimos conocimientos, y el hombre que da a esta parte el mando sobre sí mismo, pasa la vida más dichosa.
- Estoy conforme, y cuando el sabio alaba la felicidad de su estado tiene razón para hacerlo. [...] Todo otro placer que no sea el del sabio no es un placer real, un placer puro, sino que, por el contrario, no es más que una sombra, un fantasma de placer." - Libro IX, La República.
Ahora se halla en mitad de una clariana, donde se asienta el hombre de la voz junto a otros hombres y mujeres. El hombre de la voz se llama Louis-Marie. Según le ha comentado otro hombre, desaparece durante largos períodos de tiempo. Según cree él, es porque va a visitar las profundidades de otra caverna, ahora vieja y olvidada. Conversan todos juntos acerca del mundo y comparten sus pensamientos. Son hombres como él, hombres que consiguieron escapar del antro tiempo atrás. Los más mayores explican que siglos antes, cuando era más fácil liberarse, su grupo era algo más numeroso. Dos décadas antes la población había llegado a un mínimo crítico, pero que actualmente, desde hacía pocos años, había una extraña tendencia al alza; nunca habían arribado fugitivos con tanta frecuencia como ahora. La mayoría de ellos, no obstante, solían retornar espantados hacia las escarpadas paredes de la gruta a causa del miedo y la confusión que les infunde la superficie...
"Quienquiera que, liberado del deseo, encuentra disfrute en el bosque, pero más adelante es tentado por el deseo y vuelve a casa, tal hombre, ¡contempladlo!, era libre y ha vuelto a la esclavitud." - Sutra nº344, Dhammapada.
No es la situación, sin duda, de 2222, que tiene una vista clara y ya prácticamente ha abandonado el temor.
"Aún estando en un bosque vacío, él encuentra disfrute porque no desea nada." - Buddha, Dhammapada.
Un hombre de edad avanzada destaca entre los demás; se ha mantenido callado todo el tiempo, pero al fin decide intervenir en la conversación. Justo cuando comienza a hablar se oyen suspiros de hastío; el resto de miembros, con gestos de desaprobación, se alzan y marchan. El hombre no se inmuta y, tras un breve silencio, prosigue con su prosa: explica al recién llegado por qué consiguió liberarse de sus ataduras; fueron los hombres encapuchados quienes le indujeron, mediante cierto tipo de sombras como las que él vio. Explica que la caverna está en constante evolución y que ahora pretenden remodelarla por completo. Tienen la intención de aplicar un cambio radical, a partir del cual será imposible para cualquier cautivo escapar. Que en este preciso espacio de tiempo sea más fácil para los cautivos huir a la superficie es tan solo una consecuencia de la verdadera meta de los magistrados: lo que ellos llaman "La Nueva República". Para lograr conformar la República necesitan de la fuerza de los propios esclavos, por lo que introducen pistas entre las sombras para que los más perspicaces de ellos sean capaces de despertar. El objetivo es que sean captados por agentes suyos disfrazados de fugitivos, como David Jones, quienes se encargan de redirigir sus energías a la creación del gran proyecto. El suyo en particular, le dice a 2222, es un caso aislado de alguien que ha evadido la manipulación de los ilusionistas. Es un mal menor que ya tenían previsto.
"El que ha desarrollado el anhelo por lo Incondicionado tiene la mente motivada y no condicionada por los placeres materiales, es denominado uno que No-retorna." - Sutra nº218, Dhammapada.
Se encuentran en un período de transición único y decisivo en la historia de la caverna, y esa es la razón por la que se ha podido liberar. No ha sido puramente su esfuerzo, ha sido también la suerte de haber nacido en el momento adecuado. Probablemente ha sido uno de los últimos en escapar del antro y prácticamente nadie más lo conseguirá. Inmediatamente a 2222 le asalta la pregunta; "La Nueva República; ¿Con qué objetivo? ¿Qué es lo que quieren? ¿Se trata de poder?" Así se la formula al anciano, quien responde: "Lo sabrás si prosigues el camino".
"Esforzaos y sed rigurosos, como lo es el corcel cuando siente el látigo. Por la confianza, la virtud, el esfuerzo, la concentración, la investigación de la Verdad, el recto conocimiento y conducta, la atención mental, superaréis el gran sufrimiento." - Sutra nº144, Dhammapada.
"Ten por cierto que lo que derrama sobre los objetos de las ciencias la luz de la verdad, lo que da al alma la facultad de conocer, es la idea del bien, que es el principio de la ciencia y de la verdad, en cuanto caen bajo el dominio del conocimiento." - Libro VI, La República.
"Pero aquellos que ven lo esencial en lo esencial y lo inesencial en lo inesencial, debido a su correcta visión, perciben la esencia." - Sutra nº12, Dhammapada.
Nadie más aparte de los que la han alcanzado sabe qué hay en ella. A la pregunta de por qué ni él ni ninguno de los que acaban de irse ha intentado subirla, el anciano responde sobre los demás que llegaron a la superficie con la vista dañada por tantos años de oscuridad, y que ahora no son capaces de ver la montaña y mucho menos el Sol; que es por eso que han marchado tan disgustados y prefieren no escucharle, pues piensan que está demenciado y que la montaña de la que habla no es real; que perciben el Sol pero solo de forma indirecta y muy distorsionada; y, finalmente, que ahí donde se encuentran ahora no existe ni el dolor, ni el hambre, ni la enfermedad ni el desamor, por lo que jamás estarían dispuestos a abandonar la región media.
"El que pasa de una región inferior a una región media, ¿no se imagina subir a lo más alto? Y cuando ha llegado a la región media, y echa una mirada al punto de donde ha partido, ¿qué otra idea puede ocurrírsele sino que está en lo alto, porque no conoce aún la región verdaderamente alta? [...] ¿A qué puede atribuirse su error sino a la ignorancia en que está respecto a la región verdaderamente alta, verdaderamente media, verdaderamente baja? [...] ¿Y es extraño que hombres que no conocen la verdad se formen ideas falsas de mil cosas, entre otras, del placer, del dolor y de lo que es intermedio entre uno y lo otro, de suerte que cuando pasan al dolor, creen sufrir y sufren en efecto, y cuando del dolor pasan al estado intermedio, se persuaden de que han llegado al pleno goce del placer? ¿Es extraño que gentes que jamás han percibido el verdadero placer y que no consideran el placer sino por oposición con la cesación del dolor, se engañen en sus juicios, poco más o menos como si no conociendo el color blanco tomasen el color gris por blanco, comparándole con el negro? [...] Por consiguiente, los que no conocen ni la sabiduría ni la virtud, y están siempre entregados a los festines y demás placeres sensuales, pasan sin cesar de la región baja a la región media, y de la media a la baja; viven errantes entre estos dos términos, sin poder nunca traspasarlos. Jamás se han elevado a la alta región ni han levantado hasta allí sus miradas; jamás han estado en posesión del ser; jamás han experimentado un gozo puro y verdadero." - Libro IX, La República.
Respecto a él mismo, dilucida que es demasiado mayor, que no le restan fuerzas para embarcarse de nuevo en tal expedición; que moriría antes de conseguirlo, convirtiendo su vida en un sufrimiento inútilmente; y que cuando tenía menos edad e intentó ascender, escaló lo suficiente para descubrir lo que le acaba de contar, pero que debió retornar porque para entonces ya se encontraba decrépito y exhausto. 2222, en cambio, es joven, preserva la visión y desea ante todo la sabiduría. Siente una gran emoción al ver lo que tiene por delante y entiende precisamente que cuando comience a caminar será para hacer desaparecer dicha sensación.
"Por consiguiente, todo hombre sensato dirigirá todas sus acciones a este mismo fin. En primer lugar, cultivará y estimará por encima de todo las ciencias propias para perfeccionar su alma, despreciando todas aquellas que no producen el mismo efecto. [...] En segundo lugar, en su régimen corporal no buscará el goce de los placeres brutales e irracionales; buscará la salud, la fuerza, la belleza, en cuanto todas estas ventajas sean para él medios de ser más modernos; y, en una palabra, no mantendrá una perfecta armonía entre las partes de su cuerpo, sino en cuanto pueda servir para mantener el acuerdo que debe reinar en su alma. [...] Pero teniendo siempre fijos sus ojos en el gobierno de su alma, atento a impedir que la opulencia de una parte y la indigencia de otra desarreglen los resortes, hará estudio en conservar siempre el mismo plan de conducta en las adquisiciones y gastos que pueda hacer. Rigiéndose por estos mismos principios en razón de honores, ambicionará y, si se quiere, tendrá hasta un placer en obtener los que puedan hacerle mejor; y huirá lo mismo en la vida privada que en la pública de los que puedan turbar el orden que reina en su alma." - Libro IX, La República.
Toma unos días de reposo durante los cuales reflexiona y se prepara para lo que le espera.
"Aquel que se sienta solo, descansa solo, pasea solo, se autocontrola en soledad, hallará dicha en el bosque." - Sutra nº350, Dhammapada.
"Larga es la noche para aquel que está despierto. Largo es el camino para el viajero cansado. Larga es la existencia repetida para los necios que no conocen la Enseñanza Sublime." - Sutra nº60, Dhammapada.
Al igual que había intuido la proximidad de la salida de la caverna, ahora intuía que clase de cosas podría encontrar ahí arriba.
"Es dulce vivir arduamente y ser dueño de ti mismo." - Buddha, Dhammapada.
¿Qué puede esperarse uno cuando llega a lo más alto? Quizá halle la paz absoluta, piensa. Quizá consiga romper el ciclo eterno de la vida y la muerte, de lo que nace y perece, abandonar el Samsara y alcanzar la luz que rige el mundo de las ideas, el Nirvana. Quizá halle una teoría, una teoría capaz de explicar cualquier acontecimiento, acto, pensamiento, comportamiento... Capaz de explicar toda la existencia, el mismo sentido de la vida... Una teoría que ya había ido esbozando en su mente y que intuye que quedará bien desarrollada en la cima: La Teoría Absoluta.
"Cuando el alma entera marcha guiada por la razón sin que se suscite en ella rebelión alguna, sino que, antes bien, cada una de sus partes se mantenga en sus justos límites de su acción, aún le queda el goce de los placeres más puros y más verdaderos que puede gozar." - Libro IX, La República.
"En cuanto al filósofo, diremos resueltamente que de nada hace aprecio en comparación del placer que le proporciona el conocimiento de la verdad, y que por su aplicación continua a este estudio tiende a proporcionarse más y más este goce; y con respecto a los demás placeres, si los llama necesidades, es porque no se los procuraría, si la naturaleza no lo exigiese." - Libro IX, La República.
"El monje que se deleita en la atención y observa con temor la inatención, no es tendente a la caída. Está en presencia del Nibbana." - Sutra nº32, Dhammapada.
El ascenso puede durar diez años, o toda la vida. Nadie le garantiza que no muera antes de alcanzar la cima.
"Eres como la hoja amarilla. Los mensajeros de la muerte están cerca. Vas a realizar un largo viaje. ¿Qué llevarás contigo?" - Sutra nº235, Dhammapada.
"- Sin embargo, aún no hemos hablado de las mayores recompensas ofrecidas a la virtud. [...] ¿Puede llamarse grande lo que pasa en un pequeño espacio de tiempo? En efecto, el intervalo que separa nuestra infancia de la vejez es bien poco en comparación de la eternidad. [...] ¡Y qué! ¿Piensas que un ser inmortal debe limitar sus cuidados y sus miradas a un tiempo tan corto en vez de extenderlas a la eternidad?
- No lo creo, pero ¿a qué viene esta observación?
- ¿No sabes que nuestra alma es inmortal y que no perece jamás?..." - Libro X, La República.
Pero en todo caso -reflexiona 2222- no tiene nada que perder.
"Antes de que pase mucho tiempo, este cuerpo, desprovisto de la consciencia, yacerá arrojado sobre la tierra, siendo de tan poco valor como un leño." - Sutra nº41, Dhammapada.
Esta vez no encontrará a nadie por el camino ni tendrá un guía que le conduzca, subirá totalmente solo. Esta vez no habrá compañeros de viaje ni desconocidos que le ayuden.
"Gloria para aquel que se esfuerza, permanece vigilante, es puro en conducta, considerado, autocontrolado, recto en su forma de vida y capaz de permanecer en creciente atención." - Sutra nº24, Dhammapada.
Tendrá que hacer frente a la más absoluta de las soledades, al riesgo de ser inducido a la locura, al frío extremo, a la falta de oxigeno, a la niebla intensa, a las grandes ventiscas, al granizo, a aludes y desprendimientos, a seres y presencias que intentarán engañarle y hacerle caer, y a todo tipo de trampas y obstáculos que se irán interponiendo. Antes de partir, recibe dos consejos:
"Tomar consejo de la razón sobre lo que acaba de suceder, reparar los efectos de la mala suerte, como se repara una mala jugada de dados; es decir, por los medios que la razón haya demostrado que son los mejores, y no obrar como los niños, que cuando sufren una caída llevan la mano a la parte de la herida y pierden el tiempo en llorar; antes bien, acostumbrar su alma a aplicar prontamente el remedio a la herida, levantar lo que ha caído, y no malgastar el tiempo en llorar inútilmente." - Libro X, La República.
"Si uno se aprecia a sí mismo, deberá protegerse bien. El hombre sabio permanece atento en cada una de las tres vigilias." - Sutra nº157, Dhammapada.
A modo de despedida, el hombre mayor le cuenta una última historia, el relato de un hombre que logró alcanzar la cumbre. Se dice que una vez arriba lo que vio fue tan terrorífico, sintió un miedo tan terrible, que no pudo soportarlo y se lanzó al vacío. Nadie sabe qué es lo que vio, pero aunque hubiera sobrevivido para contarlo, no podría haberlo explicado porque presumiblemente nadie le entendería. Cuando finaliza la historia, 2222 piensa en que aquél hombre no pudo haber alcanzado la cima, pues en la cima el miedo ha de haber quedado extinto.
"Para aquellos cuyo viaje está concluido, libres de dolor, plenamente liberados de todo y que han puesto fin a todas las ataduras, se extinguió el fuego. Para ellos no hay acumulación, y su alimento no es otro que la Liberación, que es Vacío e Indefinible: tal es su objeto. Su curso es como el de los pájaros en el aire: no deja huella." - Sutra nº 90-92, Dhammapada.
Claramente debía tratarse de un mito creado por un hombre de superficie que justificaba así sus innobles temores a subir la montaña, un hombre incapaz de renunciar al deseo y de llevar a cabo los grandes esfuerzos a los que debe someterse la razón.
"Pocos entre los seres humanos son los que cruzan a la otra orilla. La mayoría solamente suben y bajan por la misma orilla. Pero aquellos que obran rectamente de acuerdo con la Enseñanza, que está bien establecida, cruzan más allá de las pasiones y alcanzan el Nibbana." - Sutra nº85-86, Dhammapada.
"Justo acabo de salir de la caverna" - se dice a sí mismo -, "ahora toca lo más difícil: escalar la montaña hasta alcanzar el Sol. Siddharta y Aristocles están esperando arriba. Llevan ahí 2.500 años. Ya es hora de poner rumbo a la cima, de hender la cuarta dimensión: ¡En marcha!".
"Raro es el nacimiento como un ser humano. Difícil es la vida de los mortales. Extraño es escuchar la Sublime Enseñanza. Rara es la aparición de los Budas." - Sutra nº182, Dhammapada.