¿Por qué es importante la privacidad? La privacidad nos plantea un problema similar al de las libertades de la teoría utilitarista del filósofo Stuart Mill. Stuart Mill defendía que se debe diferenciar entre dos esferas: la esfera de la libertad individual o privada y la esfera de la libertad pública. Esto con la felicidad como base del comportamiento humano a nivel individual y social. Según Mill cada uno es libre de hacer lo que quiera con su vida siempre y cuando no interfiera en la libertad privada de los demás. Y entonces aquí surge un problema sin solución: ¿Dónde se encuentra el límite entre la libertad privada y la pública? ¿Hay un límite definido? Con la privacidad ocurre algo parecido. ¿Hasta que punto debemos proteger nuestros datos personales? ¿Dónde se encuentra el límite?
Imaginaros que vais por la calle caminando y de repente una persona totalmente desconocida os pide que le deis todos vuestros datos: nombre, apellidos, correo electrónico, ciudad de origen, estudios, fotos, datos sobre vuestra familia, nombres de vuestros amigos, gustos personales, el nombre de vuestra pareja...Además os asegura que casi todos vuestros amigos han hecho lo mismo. ¿Le daríais toda esta información? ¿Me la daríais a mi ahora si os la pidiera? Probablemente la respuesta es no. A saber que harán con mis datos...
Y ahora llegamos a donde quería llegar yo: las redes sociales. Algunos les llaman así, yo prefiero llamarlas "bases de datos humanas". La información completa de medio mundo se encuentra ahí. Vayamos a Facebook por ejemplo. Todo lo que hayáis puesto en Facebook no se borrará jamás. Si algún día llegáis a ser conocidos aparecerá por revistas y canales televisivos todo vuestro pasado oscuro, si lo tenéis. Pero eso es relativamente poco grave. ¿Para que más se pueden utilizar los datos personales? Es curioso por qué a la cuestión que os he planteado anteriormente seguramente todos habréis respondido que no, en cambio la mayoría de vosotros ya ha colgado toda su vida en una red social. Y sin conocer a quién le habéis entregado esa información. ¿Alguno de nosotros conoce personalmente a los dueños de Facebook? ¿Alguno de nosotros habla cada día con los dueños de las empresas que están participando en este gran "proyecto social"? De hecho, ¿Alguien sabe que empresas poseen parte de Facebook? ¿Y que entidades? Yo os diré algunos nombres: la CIA, Microsoft... Y la lista es cada día más larga. ¿Por qué se ha expandido tan rápido Facebook? ¿Por qué se invierte en él tanto esfuerzo, tiempo y dinero? ¿Para que la gente pueda hacer amigos? No. Por un lado se gana una gran cantidad de dinero en publicidad. Por otro lado se utilizará nuestra información para hacer estudios de marketing, estudios sociológicos, para desarrollar nuevas herramientas comerciales y políticas... Algunos dispondrán de los perfiles de cientos de millones de personas que podrán ser utilizados para realizar seguimientos o para desprestigiar a alguien. Y estas bases de datos humanas brindan miles de posibilidades más. Aún peor es saber que a partir de los datos que la gente regala a las empresas por voluntad propia se puede extraer información de terceros. Y a pesar de todo esto algunos dirán: ¿Y qué me importa que tengan mis datos? ¿Qué más me da? Aquí volvemos de nuevo al problema del límite de la privacidad. ¿Si te los pidieran por la calle no los darías, pero si te los pide Facebook sí? Ya que hay que poner un límite a nuestra privacidad, mejor ponerlo en un lugar prudente. Siempre es mejor que nadie pueda sacar beneficios de nuestra vida personal o perjudicarnos directamente. Mantener nuestra privacidad a salvo significa estar seguros y tranquilos.
Calbert