"Uso y abuso de los conceptos vegetacionales" es la segunda parte de la imprescindible serie de Adam Curtis "Todo vigilado por máquinas de amorosa misericordia". Esta vez veremos como se originó el concepto de ecosistema a partir de las máquinas y el extraño vínculo que éste mantiene con el orden político que domina el mundo hoy en día.
Al final de la Primera Guerra Mundial el biólogo Arthur Tansley, tras fascinarse por un aterrador sueño que había tenido, se interesó por las teorías del psicoanálisis de Freud. Le cautivó sobretodo una parte de la teoría de Freud que postula que el cerebro en realidad es una máquina que funciona mediante un sistema de circuitos por los que circulan impulsos eléctricos. Tansley aplicó este aspecto de la teoría de Freud a la naturaleza y concluyó que ésta también estaba formada por sistemas de redes que conectan entre sí a todos los organismos y que a través de ellos fluye la energía. A estos sistemas los denominó ecosistemas. Hipotetizó que los ecosistemas tendían siempre al equilibrio y a ser estables, fenómeno al que bautizó como la Gran Ley Universal del Equilibrio. Sus ideas no se verían reforzadas hasta la aparición de las computadoras.
El ingeniero Jay Forrester, que construyó durante la década de los 50 el primer sistema de alerta de EE.UU (que debía crear el equilibrio en el enfrentamiento nuclear contra la URSS), pensaba que el mundo entero estaba compuesto por sistemas auto-regulados. Éstos según él se auto-regulaban por feedback. Creía que las computadoras eran capaces de determinar estos patrones e identificar todos los sistemas que componían las cosas. Se convirtió en uno de los líderes de un nuevo movimiento llamado "Cibernética". Para la cibernética un humano y una máquina son muy similares y ambos forman parte de un sistema universal de redes interconectadas. Los hermanos Howard y Eugene Odum trasladaron la idea de la cibernética al campo de los ecosistemas, añadiéndole el concepto de retroalimentación feedback. De esta forma surgió la ecología, una de las ciencias dominantes de finales del siglo XX. La idea formulada por Tansley de un ecosistema auto-regulado terminó implantándose por completo. En realidad, Howard y Eugene Odum no habían aplicado adecuadamente el método científico: partieron de la idea preconcebida de que los ecosistemas funcionan como máquinas, sin verificar que fuera cierta. Simplificaron la realidad representándola en reducidos sistemas de circuitos y ecuaciones sin tener en cuenta la complejidad de la naturaleza y la gran cantidad de variables existentes.
El ingeniero Buckminster Fuller, diseñador de las cúpulas geodésicas utilizadas en la construcción del sistema de alerta estadounidense, pensó que toda esta idea de los ecosistemas auto-regulables podía ser extrapolada a la sociedad. Las cúpulas geodésicas se asemejan a la idea de ecosistema: están formadas por débiles pilares que cuando se unen constituyen una estructura fuerte y estable. Fuller pensó que de la misma forma era posible crear una sociedad sin clases, naciones ni jerarquías regida por el Orden Natural del gran ecosistema tierra. De esta manera transmitió a través de su "Manual operativo para la nave espacial Tierra" la metáfora de la Tierra vista como una gran nave espacial que se mueve por el espacio, un gran ecosistema cerrado en el cual todos los humanos somos seres iguales. Formamos parte de un gran sistema global que se encuentra en un estricto equilibrio que debe ser gestionado por nosotros. La Tierra pasa a ser un enorme organismo en el que el ser humano como individuo deja de tener un papel relevante (esta visión del planeta es en esencia lo mismo que defiende el movimiento del New Age). Además, añadía Fuller, este novedoso orden mundial se vería amenazado por los políticos, quienes intentan controlar el sistema provocando luchas por el poder y guerras (Nótese que Fuller nombra a los políticos pero no a los grandes capitalistas y corporaciones que son los verdaderos responsables y los que realmente controlan la sociedad. De hecho, Fuller y las corporaciones defienden lo mismo. Es en parte por ello que las corporaciones financian el ecologismo y promueven la teoría del cambio climático. El cambio climático al fin y al cabo es un enemigo straussiano más, cuyo fin es el mismo que el que tendría una amenaza extraterrestre: alinear a los humanos y las naciones del mundo y facilitar el proceso de establecimiento de un Gobierno Mundial.). Las ideas promovidas por Fuller, en una época donde la política había quedado gravemente desprestigiada tras el fracaso del movimiento estudiantil en EE.UU y había emergido la contracultura, tuvieron gran repercusión entre una gran multitud de estudiantes. Se llevó a cabo un experimento: decidieron crear una sociedad basada en sus ideas. Crearon comunas que carecían de jerarquías, autoridades y de política. Estaban formadas por estudiantes que vivían en casas con forma de cúpulas geodésicas. "La idea central (llamada eco-técnica) era que todos debían considerarse como parte de un sistema, una red ordenada que podía estabilizarse por sí misma como los ecosistemas en la naturaleza".
En California, el grupo de héroes randianos que se dedicaba al desarrollo de Internet, vio este experimento como un prototipo de lo que debía ser el mundo cuando se implantara esta basta red informática. En 1967 el escritor Richard Brautigan empezó a repartir un manifiesto por las calles de San Francisco en el que describía esta clase de mundo mantenido en equilibrio gracias a la fusión de la naturaleza y las computadoras. El manifiesto se titulaba "Todo vigilado por máquinas de amorosa misericordia".
A principios de los 70 estallaba la gran crisis medioambental global, una crisis que no podría ser resuelta ni por políticos ni por naciones. Para hacer frente a esta crisis el think-thank apadrinado por David Rockefeller, el Club de Roma, decidió jugar un papel importante. Con este think-thank se puso en contacto Jay Forrester, el cual propuso a la cibernética como método para solucionar el "problema". Con un equipo construyó un modelo computacional del mundo como si fuera un solo sistema, introduciendo en él todos los datos que consideraron esenciales. Lo que el modelo predijo fue un colapso global inminente debido a la sobrepoblación (doctrina neomalthusiana). Después el Club de Roma realizó una importante conferencia para comunicar las conclusiones a las que habían llegado y escribió un libro titulado "Los límites del crecimiento" en el que se exponía el asunto detalladamente. En 1972 la ONU organizó la primera conferencia sobre el medio ambiente en Estocolmo, partiendo de las ideas de este libro como base. "El mundo necesitaba ser gestionado de una manera no política para evitar la amenaza del colapso". Debía ser bajo la base de un Estado Mundial y la única manera de evitar el colapso sería abandonar la idea de crecimiento infinito y alcanzar una sociedad en equilibrio y estable (tan estable como "Un mundo feliz"). Grandes sectores del movimiento ecologista se percataron de la trampa que se escondía bajo la supuesta neutralidad de la ciencia y se opusieron a esta idea, protestando fuera de la conferencia.
Ya en 1935 el propio Arthur Tansley había acusado a los hombres más poderosos del Imperio Británico de abusar de los conceptos ecológicos, lo que nos demuestra que esta idea está en mente de la élite desde hace mucho tiempo. El gobernador autocrático de Sudáfrica, Field Marshall Smuts, había desarrollado a partir de las ideas ecológicas el holismo, una filosofía que veía al mundo como un gran sistema orgánico. Él había concebido la idea de un Nuevo Orden Mundial en el que no habría naciones sino un Estado Mundial que sería el Imperio Británico. Sería un modelo dominado por los blancos europeos porque ese era el orden natural de las cosas. "Lo que estaba desapareciendo era la idea ilustrada de que los seres humanos están separados del resto de la naturaleza y son dueños de su destino. Al contrario, comenzábamos a vernos como componentes, piñones en un sistema, y debíamos contribuir a que el sistema mantenga su equilibrio natural." Ahora la historia se repetía de nuevo.
"Lo que hizo esta idea de sistema tan poderosa fue que no parecía basarse en ninguna ideología política. Era una idea científica de organización que reflejaba el mundo natural." Pero la "ciencia" en la que se sustentaba se empezó a desmoronar a mediados de los 70. Una nueva generación de ecologistas empezó a ver que era falso que los ecosistemas tendieran a la estabilidad y el equilibrio. Uno de esos ecologistas fue Daniel Botkin, quién se dedicó a estudiar la historia de los ecosistemas para descubrir que en realidad todo estaba en constante cambio. La naturaleza era impredecible. De mientras otro ecologista, George Van Dyne, continuaba con la idea de la estabilidad de los ecosistemas y estaba llevando a cabo un experimento para demostrarla. Lo haría a través de un modelo computerizado de los pastos de Colorado. Iba a simularlos virtualmente en un ordenador. Cuando él y su equipo pusieron en marcha la recreación el ordenador no pudo reconocer patrón alguno, así que creyeron que el problema se encontraba en que no se habían introducido suficientes datos. Empezaron a introducir todos los datos que podían y que se les ocurrían para aumentar la complejidad del sistema, pero como más datos introducían peor era el problema. En realidad los sistemas computacionales que habían dado lugar a la idea de estabilidad habían funcionado hasta entonces debido a que la realidad había sido simplificada hasta un punto extremo. Van Dyne con su experimento solo acababa de representar el verdadero caos de la naturaleza. La idea del equilibrio de la naturaleza había sido destruida por completo, aunque hoy en día continua arraigada fuertemente en nuestra sociedad.
En 2001 una ola de revoluciones empezó a producirse a lo largo de países ex-soviéticos como Ucraína y Kirguistán hasta llegar a Irán en 2009, al norte de África en 2011 y a Rusia en 2012. Estas revoluciones se pudieron llevar a cabo gracias a Internet, de manera que parecía que la idea de los héroes randianos de California empezaba a cumplirse. Parecía que lo sucedido en las comunas eco-técnicas ocurría ahora a nivel global. Pero la estabilidad que debía conseguirse era solo una ilusión.
Ninguna de las comunas duró más de 3 años y todas ellas habían terminado fracasando por disputas internas entre los miembros. Algunos miembros se habían impuesto sobre los demás y habían obtenido más poder que el resto. Hacían bullying a algunos de sus compañeros y nadie se atrevía a hacer nada para evitarlo. El mismo destino caótico le esperaba a los países donde la revolución había triunfado. "El fracaso del movimiento y el destino de las revoluciones muestran las limitaciones del modelo auto-gestionado. Eso no consigue lidiar con las fuerzas dinámicas centrales de la sociedad humana: la política y el poder".
"Los hippies adoptaron la idea de una red social porque estaban desilusionados con la política. Creían que esa forma alternativa de organizar el mundo era buena porque se basaba en el orden oculto de la naturaleza. Pero eso era una fantasía. En realidad, adoptaron una idea tomada del frío y lógico mundo de las máquinas. Hoy, en nuestra época, estamos desilusionados con la política y ese principio organizador de la máquina surgió para convertirse en la política de nuestra era. Pero estamos descubriendo que si nos vemos como componentes de un sistema es muy difícil cambiar el mundo. Es una buena forma de organizar cosas, incluso rebeliones, pero no ofrece ideas sobre qué ocurrirá a continuación. Y así como en las comunas, nos deja impotentes ante aquellos que ya están en el poder en el mundo."
El ingeniero Buckminster Fuller, diseñador de las cúpulas geodésicas utilizadas en la construcción del sistema de alerta estadounidense, pensó que toda esta idea de los ecosistemas auto-regulables podía ser extrapolada a la sociedad. Las cúpulas geodésicas se asemejan a la idea de ecosistema: están formadas por débiles pilares que cuando se unen constituyen una estructura fuerte y estable. Fuller pensó que de la misma forma era posible crear una sociedad sin clases, naciones ni jerarquías regida por el Orden Natural del gran ecosistema tierra. De esta manera transmitió a través de su "Manual operativo para la nave espacial Tierra" la metáfora de la Tierra vista como una gran nave espacial que se mueve por el espacio, un gran ecosistema cerrado en el cual todos los humanos somos seres iguales. Formamos parte de un gran sistema global que se encuentra en un estricto equilibrio que debe ser gestionado por nosotros. La Tierra pasa a ser un enorme organismo en el que el ser humano como individuo deja de tener un papel relevante (esta visión del planeta es en esencia lo mismo que defiende el movimiento del New Age). Además, añadía Fuller, este novedoso orden mundial se vería amenazado por los políticos, quienes intentan controlar el sistema provocando luchas por el poder y guerras (Nótese que Fuller nombra a los políticos pero no a los grandes capitalistas y corporaciones que son los verdaderos responsables y los que realmente controlan la sociedad. De hecho, Fuller y las corporaciones defienden lo mismo. Es en parte por ello que las corporaciones financian el ecologismo y promueven la teoría del cambio climático. El cambio climático al fin y al cabo es un enemigo straussiano más, cuyo fin es el mismo que el que tendría una amenaza extraterrestre: alinear a los humanos y las naciones del mundo y facilitar el proceso de establecimiento de un Gobierno Mundial.). Las ideas promovidas por Fuller, en una época donde la política había quedado gravemente desprestigiada tras el fracaso del movimiento estudiantil en EE.UU y había emergido la contracultura, tuvieron gran repercusión entre una gran multitud de estudiantes. Se llevó a cabo un experimento: decidieron crear una sociedad basada en sus ideas. Crearon comunas que carecían de jerarquías, autoridades y de política. Estaban formadas por estudiantes que vivían en casas con forma de cúpulas geodésicas. "La idea central (llamada eco-técnica) era que todos debían considerarse como parte de un sistema, una red ordenada que podía estabilizarse por sí misma como los ecosistemas en la naturaleza".
En California, el grupo de héroes randianos que se dedicaba al desarrollo de Internet, vio este experimento como un prototipo de lo que debía ser el mundo cuando se implantara esta basta red informática. En 1967 el escritor Richard Brautigan empezó a repartir un manifiesto por las calles de San Francisco en el que describía esta clase de mundo mantenido en equilibrio gracias a la fusión de la naturaleza y las computadoras. El manifiesto se titulaba "Todo vigilado por máquinas de amorosa misericordia".
A principios de los 70 estallaba la gran crisis medioambental global, una crisis que no podría ser resuelta ni por políticos ni por naciones. Para hacer frente a esta crisis el think-thank apadrinado por David Rockefeller, el Club de Roma, decidió jugar un papel importante. Con este think-thank se puso en contacto Jay Forrester, el cual propuso a la cibernética como método para solucionar el "problema". Con un equipo construyó un modelo computacional del mundo como si fuera un solo sistema, introduciendo en él todos los datos que consideraron esenciales. Lo que el modelo predijo fue un colapso global inminente debido a la sobrepoblación (doctrina neomalthusiana). Después el Club de Roma realizó una importante conferencia para comunicar las conclusiones a las que habían llegado y escribió un libro titulado "Los límites del crecimiento" en el que se exponía el asunto detalladamente. En 1972 la ONU organizó la primera conferencia sobre el medio ambiente en Estocolmo, partiendo de las ideas de este libro como base. "El mundo necesitaba ser gestionado de una manera no política para evitar la amenaza del colapso". Debía ser bajo la base de un Estado Mundial y la única manera de evitar el colapso sería abandonar la idea de crecimiento infinito y alcanzar una sociedad en equilibrio y estable (tan estable como "Un mundo feliz"). Grandes sectores del movimiento ecologista se percataron de la trampa que se escondía bajo la supuesta neutralidad de la ciencia y se opusieron a esta idea, protestando fuera de la conferencia.
Ya en 1935 el propio Arthur Tansley había acusado a los hombres más poderosos del Imperio Británico de abusar de los conceptos ecológicos, lo que nos demuestra que esta idea está en mente de la élite desde hace mucho tiempo. El gobernador autocrático de Sudáfrica, Field Marshall Smuts, había desarrollado a partir de las ideas ecológicas el holismo, una filosofía que veía al mundo como un gran sistema orgánico. Él había concebido la idea de un Nuevo Orden Mundial en el que no habría naciones sino un Estado Mundial que sería el Imperio Británico. Sería un modelo dominado por los blancos europeos porque ese era el orden natural de las cosas. "Lo que estaba desapareciendo era la idea ilustrada de que los seres humanos están separados del resto de la naturaleza y son dueños de su destino. Al contrario, comenzábamos a vernos como componentes, piñones en un sistema, y debíamos contribuir a que el sistema mantenga su equilibrio natural." Ahora la historia se repetía de nuevo.
"Lo que hizo esta idea de sistema tan poderosa fue que no parecía basarse en ninguna ideología política. Era una idea científica de organización que reflejaba el mundo natural." Pero la "ciencia" en la que se sustentaba se empezó a desmoronar a mediados de los 70. Una nueva generación de ecologistas empezó a ver que era falso que los ecosistemas tendieran a la estabilidad y el equilibrio. Uno de esos ecologistas fue Daniel Botkin, quién se dedicó a estudiar la historia de los ecosistemas para descubrir que en realidad todo estaba en constante cambio. La naturaleza era impredecible. De mientras otro ecologista, George Van Dyne, continuaba con la idea de la estabilidad de los ecosistemas y estaba llevando a cabo un experimento para demostrarla. Lo haría a través de un modelo computerizado de los pastos de Colorado. Iba a simularlos virtualmente en un ordenador. Cuando él y su equipo pusieron en marcha la recreación el ordenador no pudo reconocer patrón alguno, así que creyeron que el problema se encontraba en que no se habían introducido suficientes datos. Empezaron a introducir todos los datos que podían y que se les ocurrían para aumentar la complejidad del sistema, pero como más datos introducían peor era el problema. En realidad los sistemas computacionales que habían dado lugar a la idea de estabilidad habían funcionado hasta entonces debido a que la realidad había sido simplificada hasta un punto extremo. Van Dyne con su experimento solo acababa de representar el verdadero caos de la naturaleza. La idea del equilibrio de la naturaleza había sido destruida por completo, aunque hoy en día continua arraigada fuertemente en nuestra sociedad.
En 2001 una ola de revoluciones empezó a producirse a lo largo de países ex-soviéticos como Ucraína y Kirguistán hasta llegar a Irán en 2009, al norte de África en 2011 y a Rusia en 2012. Estas revoluciones se pudieron llevar a cabo gracias a Internet, de manera que parecía que la idea de los héroes randianos de California empezaba a cumplirse. Parecía que lo sucedido en las comunas eco-técnicas ocurría ahora a nivel global. Pero la estabilidad que debía conseguirse era solo una ilusión.
Ninguna de las comunas duró más de 3 años y todas ellas habían terminado fracasando por disputas internas entre los miembros. Algunos miembros se habían impuesto sobre los demás y habían obtenido más poder que el resto. Hacían bullying a algunos de sus compañeros y nadie se atrevía a hacer nada para evitarlo. El mismo destino caótico le esperaba a los países donde la revolución había triunfado. "El fracaso del movimiento y el destino de las revoluciones muestran las limitaciones del modelo auto-gestionado. Eso no consigue lidiar con las fuerzas dinámicas centrales de la sociedad humana: la política y el poder".
"Los hippies adoptaron la idea de una red social porque estaban desilusionados con la política. Creían que esa forma alternativa de organizar el mundo era buena porque se basaba en el orden oculto de la naturaleza. Pero eso era una fantasía. En realidad, adoptaron una idea tomada del frío y lógico mundo de las máquinas. Hoy, en nuestra época, estamos desilusionados con la política y ese principio organizador de la máquina surgió para convertirse en la política de nuestra era. Pero estamos descubriendo que si nos vemos como componentes de un sistema es muy difícil cambiar el mundo. Es una buena forma de organizar cosas, incluso rebeliones, pero no ofrece ideas sobre qué ocurrirá a continuación. Y así como en las comunas, nos deja impotentes ante aquellos que ya están en el poder en el mundo."
Calbert
Ver Siguiente Parte
Ir a la Primera Parte
Vea también "El pretexto climático", "La conspiración del efecto invernadero", "Las revoluciones de color"
Ver Siguiente Parte
Ir a la Primera Parte
Vea también "El pretexto climático", "La conspiración del efecto invernadero", "Las revoluciones de color"