El 1 de mayo EE.UU realizó una incursión no autorizada en territorio pakistaní violando la soberanía del país con el pretexto de asesinar al ya muerto Osama Bin Laden. Por un lado la supuesta muerte de Bin Laden sirve para justificar la presencia de miembros de Al-Qaeda trabajando para la OTAN en Libia y para la CIA en Siria. Se trata de los mismos hombres que combatieron contra los soviéticos en Afganistán. Ahora con la muerte de su capataz han despertado y han retomado de nuevo el camino hacia la libertad. Es decir, que mientras luchamos contra Al-Qaeda en Afganistán e Irak, somos aliados de Al-Qaeda en Libia y Siria. Por otra parte la intrusión ha desencadenado un aumento de tensiones entre EE.UU y Pakistán. Pakistán es una importante zona de influencia china que sirve de paso hacia Irán. EE.UU tiene preparado desde hace tiempo, en coordinación con la India, un plan de infiltración y desmantelamiento de armas nucleares en caso de que el país caiga en manos del movimiento islámico. Es por lo tanto de gran interés para el Imperio Económico tomar posiciones en el país. China en seguida ha visto el peligro y sin pensárselo dos veces ha enviado gratis 50 cazas a Pakistán. Además ha anunciado alto y claro que cualquier nueva intrusión en el país será declarada como un ataque directo a China. A pesar de ello ya ha habido algún que otro conflicto armado contra EE.UU y la OTAN. Según la prensa pakistaní la CIA, el Mossad y la RAW ya han creado su propio ejército de falsos talibanes en Pakistán para justificar la invasión occidental. Desde entonces no ha parado de haber atentados bomba con cientos de muertos y heridos como resultado. El director de la CIA ya ha afirmado que un posible sucesor de Bin Laden vive precisamente en una zona montañosa de Pakistán, lo cual es una excusa perfecta para la invasión. Un inconveniente es que Pakistán es una vía de apoyo logístico para las tropas occidentales en Afganistán, de manera que si continua el conflicto éstas se verán muy afectadas. A pesar de eso todo apunta a que Pakistán es el próximo blanco antes de llegar al objetivo definitivo: Irán.
Ver: Red Voltaire