Para comprender cómo hemos llegado hasta donde nos encontramos ahora, puesto que la élite mundial es anglo-americana, es imprescindible conocer la historia de Inglaterra. La historiadora Diana Uribe, en esta serie de programas de radio, nos explica en líneas generales la versión oficial de la historia del Reino Unido ofreciéndonos una visión panorámica y esclarecedora de los acontecimientos que nos permitirá más adelante profundizar en cada uno de los hechos y rastrear la trayectoria que ha seguido a lo largo de los siglos el proyecto elitista de dominación mundial.
Muy esquemáticamente, la historia de Inglaterra comienza con la llegada de los pueblos de la cultura del vaso campaniforme a las islas del actual Reino Unido aproximadamente en el 2500 a.C. Ya en la Edad de Hierro llegaron los pueblos celtas procedentes del centro de Europa, que establecerían la cultura base y vivirían tranquilos hasta la llegada de los romanos en el siglo I aC.
Los romanos ocuparon durante cuatro siglos la parte centro y sur de la actual Inglaterra, dividiéndola en dos partes enfrentadas entre sí. En la parte norte donde vivían los pueblos escotos, al igual que Irlanda (de donde provenían), se adoptaría el cristianismo perseguido por los romanos integrándolo con su cultura tradicional celta. Tras la desintegración del Imperio Romano las dos partes continuarán enfrentadas.
Los britanos que se encontraban en la parte romanizada migraron hacia Francia formando allí un pequeño enclave que recibe el nombre de Pequeña Bretaña, para diferenciarlo de la Isla principal, la Gran Bretaña. Debido a los enfrentamientos con los pueblos celtas del norte la parte romanizada acudió finalmente a los pueblos germánicos anglos y sajones en busca de ayuda. Estos invadieron toda la parte sur y este de la isla que recibiría el nombre de England (Tierra de los anglos). Los celtas quedaron replegados en la actual Escocia, Gales e Irlanda.
Llegarían todavía unos últimos pueblos, los daneses y noruegos (vikingos, futuros normandos), para saquear e intentar hacerse con el control de Inglaterra. Las luchas entre Anglosajones y normandos tuvieron su punto y final tras la batalla de Hastings en 1066. Los normandos, que se encontraban asentados en el norte del Francia (en Normandía), guiados por Guillermo el Conquistador acabaron derrocando a Haroldo II de Inglaterra.
Para estos tiempos ya comenzaban las primeras cruzadas. Tras la separación de Leonor de Aquitania con Luis VII de Francia, ésta decidió casarse con Enrique II Plantagenet de Inglaterra (monarca absolutista), quién tenía como sus principales objetivos disminuir el poder de la Iglesia Católica sobre Inglaterra y el de los poderes locales de la nobleza. Aquitania de este modo pasaría a formar parte de Inglaterra. Leonor y Enrique tuvieron ocho hijos, entre los que destacan Ricardo Corazón de León (que marchará a las cruzadas), y Juan sin Tierra, que quedará al mando del trono de Inglaterra en medio de una situación económica pésima. Juan sin Tierra se enfrentó a los franceses para acabar perdiendo Aquitania y Normandía. El trono normando quedó entonces tan debilitado que los poderes locales, la nobleza, aprovecharon para aumentar su influencia y su poder: se firma en 1215 la Carta Magna, un acuerdo -preludio de las Constituciones- que va a permitir representar los intereses de cada una de las facciones (nobleza, Iglesia ...) mediante la formación de un embrión de lo que serían los futuros parlamentos, situando a la "ley" por encima del rey. Estos barones de la nobleza constituían la facción financiera que dará origen a lo que ha acabado siendo la élite mundial que nos gobierna hoy en día. Desde ese momento pues, se deja de hablar de normandos y se pasa a hablar de ingleses, cuyas batallas contra los franceses (también normandos) serán continuas hasta el fin de las guerras napoleónicas ya en el siglo XIX.
Tras finalizar la Guerra de los Cien Años, en 1455 estalla la Guerra de las dos Rosas entre la familia Lancaster y los York. Después de esta guerra desaparece la dinastía de los Plantagenet y se alza el reinado de la familia Tudor. Enrique VIII, famoso por la historia de sus 6 esposas, instaura la Reforma protestante fundando la Iglesia Anglicana y apartando a la Iglesia Católica del poder. Con la aparición de la Contrarreforma surgirá un conflicto entre la Inglaterra protestante y la Escocia e Irlanda católicas de tradición celta que perdura en la actualidad.
Con la llegada de Isabel I (protestante) en 1558, tras el reinado de María Tudor (católica), comienza una era de esplendor para Inglaterra, que empieza a erigirse como el mayor Imperio y principal rival del entonces predominante Imperio español. Nace así la época de los corsarios financiados directamente por los ingleses, en alianza con los holandeses, para debilitar a los españoles. Mientras tanto, los españoles incentivarán el conflicto en Irlanda. La batalla de la nobleza inglesa, defensora del parlamento, contra la Iglesia Católica y los monárquicos absolutistas por el control de Inglaterra continuará hasta llegar a un punto álgido en 1642, con el comienzo de la Guerra Civil Inglesa.
La Guerra Civil es ganada por Oliver Cromwell (puritano), a lo que sucede la sustitución de la monarquía de Carlos I por la British Commonwealth en primer lugar y por el Protectorado gobernado por Cromwell posteriormente. Inglaterra se constituye como la primera monarquía parlamentaria, el primer estado moderno.
En 1688 tiene lugar la Revolución Gloriosa contra Jacobo II (católico), liderada por Guillermo De Orange (de Holanda), y la Iglesia Católica queda derrotada de forma definitiva. Este evento, con el fortalecimiento del parlamento, supone el inicio del movimiento de la Ilustración que más tarde se expandirá hacia Europa.
Un siglo más tarde la revolución es exportada a Francia y se pone fin a la influencia que la Iglesia Católica ejerce sobre el mundo; el Imperio británico se erige como el más poderoso del planeta. A su vez, se está poniendo en marcha la Revolución industrial, que situará a Inglaterra en la delantera económica y tecnológica mundial.
En 1804, tras años de represión, terror y baños de sangre impuestos por los supuestos portadores de la libertad, sube al poder en Francia Napoleón Bonaparte. En 1803 estalla la guerra entre Inglaterra y Francia que terminará en 1815 con la derrota de Napoleón y prácticamente con el fin del Imperio francés. Hasta las revoluciones del 1848 se establece el período de la Restauración, durante el cual nace la Santa Alianza para hacer frente a la élite británica.
Ya por entonces había comenzado la época victoriana, la era más grande del Imperio británico: en ella tiene lugar la cúspide de la revolución industrial, el colonialismo británico y el exterminio de pueblos a nivel mundial, el darwinismo, la promoción de las guerras de independencia en Latinoamérica, la puesta en marcha de las primeras grandes hambrunas artificiales (como la de la India con 30 millones de muertos o la de Irlanda, que provocaría la migración masiva de Irlandeses hacia Norteamérica y derivaría en una revolución que finaliza con miles de Irlandeses enviados como esclavos a poblar Australia), la ocupación de la India, las Guerras del Opio contra China (el creador de Skull&Bones, William Russell, es primo de Samuel Russell, un importante protagonista de estas guerras), las Guerras de los Bóeres y los diamantes de sangre....
A inicios del siglo XX uno de cada cuatro habitantes del planeta era súbdito de la élite del Reino Unido. En 1914 comienza la Primera Guerra Mundial, lo que oficialmente supone el principio de la decadencia del Imperio británico. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, con la Guerra Fría ya iniciada, empezaría el supuesto proceso de descolonización y el Imperio llega a su fin en 1949. Inglaterra se convierte en un estado democrático moderno. En 1991 finaliza la Guerra Fría y a partir de 2001 se declara la guerra contra el terrorismo. De ahí, hasta la actualidad.
Personalmente recomiendo, puesto que son muchos capítulos, mirar solamente los primeros 19 hasta el inicio del Estado Benefactor, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, para conectar con lo que ya se ha ido exponiendo en este blog.
Los romanos ocuparon durante cuatro siglos la parte centro y sur de la actual Inglaterra, dividiéndola en dos partes enfrentadas entre sí. En la parte norte donde vivían los pueblos escotos, al igual que Irlanda (de donde provenían), se adoptaría el cristianismo perseguido por los romanos integrándolo con su cultura tradicional celta. Tras la desintegración del Imperio Romano las dos partes continuarán enfrentadas.
Los britanos que se encontraban en la parte romanizada migraron hacia Francia formando allí un pequeño enclave que recibe el nombre de Pequeña Bretaña, para diferenciarlo de la Isla principal, la Gran Bretaña. Debido a los enfrentamientos con los pueblos celtas del norte la parte romanizada acudió finalmente a los pueblos germánicos anglos y sajones en busca de ayuda. Estos invadieron toda la parte sur y este de la isla que recibiría el nombre de England (Tierra de los anglos). Los celtas quedaron replegados en la actual Escocia, Gales e Irlanda.
Llegarían todavía unos últimos pueblos, los daneses y noruegos (vikingos, futuros normandos), para saquear e intentar hacerse con el control de Inglaterra. Las luchas entre Anglosajones y normandos tuvieron su punto y final tras la batalla de Hastings en 1066. Los normandos, que se encontraban asentados en el norte del Francia (en Normandía), guiados por Guillermo el Conquistador acabaron derrocando a Haroldo II de Inglaterra.
Para estos tiempos ya comenzaban las primeras cruzadas. Tras la separación de Leonor de Aquitania con Luis VII de Francia, ésta decidió casarse con Enrique II Plantagenet de Inglaterra (monarca absolutista), quién tenía como sus principales objetivos disminuir el poder de la Iglesia Católica sobre Inglaterra y el de los poderes locales de la nobleza. Aquitania de este modo pasaría a formar parte de Inglaterra. Leonor y Enrique tuvieron ocho hijos, entre los que destacan Ricardo Corazón de León (que marchará a las cruzadas), y Juan sin Tierra, que quedará al mando del trono de Inglaterra en medio de una situación económica pésima. Juan sin Tierra se enfrentó a los franceses para acabar perdiendo Aquitania y Normandía. El trono normando quedó entonces tan debilitado que los poderes locales, la nobleza, aprovecharon para aumentar su influencia y su poder: se firma en 1215 la Carta Magna, un acuerdo -preludio de las Constituciones- que va a permitir representar los intereses de cada una de las facciones (nobleza, Iglesia ...) mediante la formación de un embrión de lo que serían los futuros parlamentos, situando a la "ley" por encima del rey. Estos barones de la nobleza constituían la facción financiera que dará origen a lo que ha acabado siendo la élite mundial que nos gobierna hoy en día. Desde ese momento pues, se deja de hablar de normandos y se pasa a hablar de ingleses, cuyas batallas contra los franceses (también normandos) serán continuas hasta el fin de las guerras napoleónicas ya en el siglo XIX.
Tras finalizar la Guerra de los Cien Años, en 1455 estalla la Guerra de las dos Rosas entre la familia Lancaster y los York. Después de esta guerra desaparece la dinastía de los Plantagenet y se alza el reinado de la familia Tudor. Enrique VIII, famoso por la historia de sus 6 esposas, instaura la Reforma protestante fundando la Iglesia Anglicana y apartando a la Iglesia Católica del poder. Con la aparición de la Contrarreforma surgirá un conflicto entre la Inglaterra protestante y la Escocia e Irlanda católicas de tradición celta que perdura en la actualidad.
Con la llegada de Isabel I (protestante) en 1558, tras el reinado de María Tudor (católica), comienza una era de esplendor para Inglaterra, que empieza a erigirse como el mayor Imperio y principal rival del entonces predominante Imperio español. Nace así la época de los corsarios financiados directamente por los ingleses, en alianza con los holandeses, para debilitar a los españoles. Mientras tanto, los españoles incentivarán el conflicto en Irlanda. La batalla de la nobleza inglesa, defensora del parlamento, contra la Iglesia Católica y los monárquicos absolutistas por el control de Inglaterra continuará hasta llegar a un punto álgido en 1642, con el comienzo de la Guerra Civil Inglesa.
La Guerra Civil es ganada por Oliver Cromwell (puritano), a lo que sucede la sustitución de la monarquía de Carlos I por la British Commonwealth en primer lugar y por el Protectorado gobernado por Cromwell posteriormente. Inglaterra se constituye como la primera monarquía parlamentaria, el primer estado moderno.
En 1688 tiene lugar la Revolución Gloriosa contra Jacobo II (católico), liderada por Guillermo De Orange (de Holanda), y la Iglesia Católica queda derrotada de forma definitiva. Este evento, con el fortalecimiento del parlamento, supone el inicio del movimiento de la Ilustración que más tarde se expandirá hacia Europa.
Un siglo más tarde la revolución es exportada a Francia y se pone fin a la influencia que la Iglesia Católica ejerce sobre el mundo; el Imperio británico se erige como el más poderoso del planeta. A su vez, se está poniendo en marcha la Revolución industrial, que situará a Inglaterra en la delantera económica y tecnológica mundial.
En 1804, tras años de represión, terror y baños de sangre impuestos por los supuestos portadores de la libertad, sube al poder en Francia Napoleón Bonaparte. En 1803 estalla la guerra entre Inglaterra y Francia que terminará en 1815 con la derrota de Napoleón y prácticamente con el fin del Imperio francés. Hasta las revoluciones del 1848 se establece el período de la Restauración, durante el cual nace la Santa Alianza para hacer frente a la élite británica.
Ya por entonces había comenzado la época victoriana, la era más grande del Imperio británico: en ella tiene lugar la cúspide de la revolución industrial, el colonialismo británico y el exterminio de pueblos a nivel mundial, el darwinismo, la promoción de las guerras de independencia en Latinoamérica, la puesta en marcha de las primeras grandes hambrunas artificiales (como la de la India con 30 millones de muertos o la de Irlanda, que provocaría la migración masiva de Irlandeses hacia Norteamérica y derivaría en una revolución que finaliza con miles de Irlandeses enviados como esclavos a poblar Australia), la ocupación de la India, las Guerras del Opio contra China (el creador de Skull&Bones, William Russell, es primo de Samuel Russell, un importante protagonista de estas guerras), las Guerras de los Bóeres y los diamantes de sangre....
A inicios del siglo XX uno de cada cuatro habitantes del planeta era súbdito de la élite del Reino Unido. En 1914 comienza la Primera Guerra Mundial, lo que oficialmente supone el principio de la decadencia del Imperio británico. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, con la Guerra Fría ya iniciada, empezaría el supuesto proceso de descolonización y el Imperio llega a su fin en 1949. Inglaterra se convierte en un estado democrático moderno. En 1991 finaliza la Guerra Fría y a partir de 2001 se declara la guerra contra el terrorismo. De ahí, hasta la actualidad.
Personalmente recomiendo, puesto que son muchos capítulos, mirar solamente los primeros 19 hasta el inicio del Estado Benefactor, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, para conectar con lo que ya se ha ido exponiendo en este blog.