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jueves, 21 de abril de 2011

La actividad, la reactividad y la crisis de valores

Nuestra sociedad vive una gran crisis de valores, la mayor crisis de valores de la historia de la humanidad. Vivimos en el siglo de las paridas. Y cuando hablo de sociedad, hablo de gente, que es la que la constituye. Si los grandes filósofos y científicos de la Antigua Grecia nos vieran ahora, no nos admirarían. Solo sentirían pena. Antes las cosas se tomaban en serio y no se vivía de la chorrada como hoy en día. El respeto por las cosas simplemente ha dejado de existir. Ahora que en los países ricos ya no hemos de luchar por sobrevivir y podríamos hacer avanzar la civilización de forma estrepitosa, nos encontramos medio estancados por culpa de millones y millones de personas condicionadas por un sistema creado y establecido por unos pocos ignorantes. Ya nadie se interesa por nada. Nadie discute de temas importantes y cuando alguien lo intenta no puede porque no tiene pensamiento crítico. Todo el mundo está pendiente de su físico, de si está aceptado socialmente, de si esa noche se va de fiesta, de si al día siguiente se irá de compras, de si tiene novio/a, de cómo le queda la ropa, de lo que pensarán los demás sobre él/ella, sobre la serie tal y la película cual. Hoy la gente queda con los "amigos" para poder decir que tiene una vida y lo único que hace es poner verde a los demás y pasarse el día criticando y hablando de otros. ¿Y que tal empezar por uno mismo? En la apariencia todo el mundo es fascinante, tiene personalidad, muchos amigos y disfruta de la vida. En la realidad todo el mundo se siente desgraciado, sabe que no tiene amigos y que su vida es una ruina. Pero si dices esto te miran mal. ¿Por qué si casi siempre es verdad? 
Una vez existió un filósofo que se llamaba Friedrich Nietzsche. Algunos dirán que era un loco, otros que era nazi. Pero por algo se estudia a este hombre en filosofía. Él escribía todo de forma muy metafórica. El hablaba de una jerarquía humana formada por una clase superior y una inferior. La clase superior era activa, actuaba por sí misma y dependía solo de ella misma y de nadie más. Solo luchaba por lo que quería sin importarle lo que los demás pensaran. No hacía juicios de valor sobre otras personas. Era feliz. Movía el mundo. Luego había una clase inferior. Esta clase era reactiva y envidiosa. Gente que desearía ser como la clase superior. Pero en cambio no se esforzaba nada para llegar a serlo. Solo actuaba dependiendo de lo que pensaran los demás y de lo que se le dijera. A nivel personal era gente de poco valor. Entorpecía el progreso. Si echamos un vistazo al mundo de hoy, vemos que las palabras de Nietzsche cobran mucho sentido. Y yo ahora formularé una pregunta: ¿Tú qué eres, activo o reactivo?

Calbert


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