En "La aventura del pensamiento: Michel Foucault", describimos a Michel Foucault como un filósofo poco convencional, un pensador característico de la era contemporánea. En este episodio en cambio, Fernando Savater nos introduce al pensamiento de una representación típica del filósofo propiamente dicho, del filósofo oficial: Immanuel Kant. Kant, procedente de Prusia, constituye otra figura trascendental del período de la Ilustración. Immanuel Kant hace una separación entre lo que es la realidad en sí misma, el noúmeno, y lo que nosotros percibimos como la realidad, el fenómeno. El mundo fenoménico está conformado por nuestro conocimiento, que surge tanto del uso de la razón como de los sentidos: los sentidos nos aportan datos fenoménicos sobre el noúmeno y la razón y nuestra estructura de pensamiento nos permiten darle sentido a estos datos, hallar patrones y construir modelos. Ésta es la base del pensamiento científico. El pensamiento metafísico por ende, en tanto que no proviene de los datos aportados por nuestros sentidos, no sirve para adquirir conocimientos reales. No por ello significa que debamos evitarlo, puesto que es natural del ser humano: solamente hay que excluirlo del ámbito de la ciencia.
Otra temática importante que trata Kant es la de la moral. La moral kantiana está estrictamente limitada a nuestros principios, que deben poder convertirse en universales; es decir, no hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti. Estos principios, basados en la buena voluntad y subyugados a la ley y el deber, debemos llevarlos siempre por delante, sean cuales sean las consecuencias. Un aspecto interesante de Kant es que ya abogaba por la creación de una federación mundial de naciones, por el mismo tipo de paz perpetua (leer aquí) que H.G.Wells.