El Nuevo Orden Mundial en el que vivimos sustenta sus bases en el consumismo de los países ricos. Nada de lo que la élite global ha construido sería posible sin el elevado nivel de consumo que hay en Occidente (gracias al petróleo). El crecimiento "infinito" solo tiene lugar si se mantiene el consumo desenfrenado. Es por eso que se hace imprescindible condicionar a la gente mediante continua propaganda para que adopte un estilo de vida, una forma de pensar y una serie de "valores" que beneficien a las grandes empresas y permitan que este sistema perdure.
Por lo tanto, si de verdad queremos un mundo mejor y que las cosas cambien, una de las mejores maneras de actuar que hay es realizar un consumo responsable. Se podría decir que el consumo responsable es más importante incluso que el voto, ya que vivimos en una "democradura". Comprar productos de corporaciones que están matando a millones de personas por todo el mundo nos convierte en cómplices de estos crímenes de lesa humanidad. Debemos comprar solo aquello que necesitemos y hacer boicot, adquiriendo únicamente productos de aquellas empresas en que podamos confiar mínimamente.
Multinacionales como Coca-Cola, Nestlé o Chiquita Brands están sobreexplotando a su mano de obra y son responsables del exterminio y la persecución de los movimientos sociales y sus líderes en Colombia. Están implicados en masacres de campesinos, en la organización de grupos paramilitares y hasta en bombardeos de zonas rurales. Todos nuestros móviles y aparatos electrónicos están manchados de sangre: Desde 1.998 han muerto asesinadas más de cinco millones de personas en la República Democrática del Congo para que empresas como Sony, Nokia y Apple puedan confeccionar sus productos. Las empresas de construcción y petroleras son directamente responsables de guerras como la de Iraq y Afganistán. Corporaciones como Monsanto que ha monopolizado el mercado mundial de las semillas están causando hambre y pobreza por todo el planeta. Todas ellas están participando en el proceso de globalización que está provocando cada vez más injusticias y desigualdades.
Si lo único que mantiene a todas estas corporaciones en pie es el dinero, entonces no se lo proporcionemos. ¿Qué ocurriría si de golpe toda la gente de los países ricos comenzara a hacer un consumo responsable?
Para que el consumo responsable tenga efectos reales sería necesario que lo practicara gran parte de la población. Como eso es poco probable, llevarlo a cabo al menos nos permitirá ser coherentes con nosotros mismos si defendemos la idea de un mundo mejor. Para defender nuestros derechos, la igualdad, la libertad y la justicia no sirve solamente hablar, debemos actuar.
Calbert