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domingo, 24 de marzo de 2013

La historia de la Eugenesia

"Impacto fatal" es el segundo episodio de la serie de la BBC "Racismo: una historia". Se trata de un documental imprescindible para comprender el origen y la historia de la eugenesia, un movimiento inherente al racismo (cuya historia ya tratamos en el primer episodio "El color del dinero").
En los años 30 del siglo XIX el Imperio Británico, presionado durante décadas por las ideas de misioneros y abolicionistas, se preparaba para ser el primero en "abolir" la esclavitud en las plantaciones del Caribe. Iba a liberar a cientos de miles de esclavos a la espera de que éstos, complacidos por la benevolencia del Imperio, se convirtieran en buenos cristianos y trabajadores del mundo civilizado. Pero con el paso del tiempo, en los inicios de la época victoriana, la idea de civilizar a las razas inferiores acabaría por desvanecerse y se impondría una visión imperialista mucho más cruda: las razas inferiores no podían ser civilizadas, por lo que se debían exterminar.
Esta visión se comenzó a imponer con el Genocidio de Tasmania, donde la población de nativos fue perseguida, cazada, torturada, mutilada, vendida a partes como objetos de valor... En pocos años la población de 5000 aborígenes fue reducida a unos 300, los cuales fueron recluidos en un asentamiento destinado a civilizarlos. Permanecieron ahí hasta su muerte, la mayoría por enfermedades para las cuales no estaban adaptados. El último hombre tasmano murió en 1860. George Stokell, miembro de la Royal Society of Tasmania, mandó abrir su tumba para hacerse una maleta con su piel. La última mujer, Truganini, murió en 1876. Y lo mismo estaba ocurriendo simultáneamente en las distintas partes del mundo con otras poblaciones.
La idea del exterminio se vio reforzada por el mal período económico por el que estaban pasando los dueños de las plantaciones, que culparon de sus pérdidas a aquellos que les habían hecho ricos. Cargaron entonces contra los abolicionistas y los misioneros: Debido al abolicionismo no podían poner firmes a los "negros" a los que ellos querían civilizar, y era la vagancia de estas "bestias" la causante de su ruina. Era imposible civilizar a los "salvajes".
En 1849 Thomas Carlyle publicaba un difundido ensayo titulado "Discurso ocasional sobre la cuestión del Negro" (leer aquí) donde hablaba de retornar de alguna manera a la esclavitud. El discurso de Carlyle se centra en la necesidad de la desigualdad social como motor de la sociedad. Aquellos que saben deben gobernar sobre los que no saben, los hombres deben gobernar sobre las mujeres, los blancos sobre los negros y la gente educada sobre las masas. 
En 1865 un pequeña revuelta en Jamaica terminaría en tragedia. Como respuesta al ataque de un grupo de protestantes al Palacio de Justicia, el gobernador Edward Eyre impuso la ley marcial y ordenó una matanza indiscriminada. El ejército asesinó a unas 500 personas, azotó a unas 600, algunas de ellas hasta la muerte, y quemó unas 1000 casas. Esta reacción desproporcionada alzó la polémica en el seno del Imperio pero fue defendida y justificada por las más altas entidades. Entre éstas se encontraban los escritores John Ruskin, Charles Dickens, William Makepeace y Charles Kingsley. Cualquier mínimo de respeto por las "razas inferiores" desapareció tras este evento.
Mientrastanto, junto a los progresos en anatomía de la época, estaba empezando a emerger un nuevo tipo de racismo, un racismo con bases científicas (estudio de cráneos, esqueletos...) que demostraban la inferioridad de las otras razas: el racismo científico. Aunque el racismo científico había perdido fuerza desde los años 20, en 1840 Robert Knox lo haría resurgir tras publicar un libro titulado "Las razas del hombre" en el que dice así: "La raza lo es todo. Literatura, ciencia, arte. En una palabra, la civilización depende de ella [...] ¿Pueden las razas negras ser civilizadas? Debería decir que no [...] La raza sajona nunca los tolerará, nunca se mezclará, nunca estará en paz. Es una guerra de exterminación, una u otra debe desaparecer."
En Norteamérica un grupo liderado por Samuel George Morton había empezado a recolectar cráneos para compararlos, y llegó a la conclusión de que las demás razas podían considerarse especies distintas.
Pero las ideas científicas que tuvieron más impacto sobre el concepto de raza superior no vinieron precisamente de estos hombres, sino del padre de la biología moderna, Charles Darwin.
Las bases de la evolución propuestas en "El Origen de las especies" (leer aquí) se empezaron a aplicar en el ámbito social. Se empezó a ver la expansión imperial como una lucha por la supervivencia donde solo los débiles desaparecen. Así pues, los genocidios y exterminios empezaban a estar justificados, puesto que era el orden natural de las cosas. Darwin decía que las personas, como los animales, se expanden a costa de los demás. En otras palabras, los ingleses son como la resta de organismos; son exitosos porque son buenos expandiéndose. Todas estas teorías que explicaban el colonialismo y la competividad entre humanos en términos científicos se pasaron a conocer como "Darwinismo Social". Thomas Huxley (abuelo de Aldous Huxley) o Herbert Spencer fueron fieros defensores del Darwinismo Social.
A partir de este momento las razas inferiores que no pudieran competir con el hombre blanco estaban condenadas a desaparecer. De hecho, su desaparición no hacía más que demostrar las teorías del Darwinismo Social.
En 1870, una gran hambruna estaba cerca de producirse en la India a causa del fenómeno del Niño. Esta hambruna además, como ocurre hoy en día (principalmente en África), estaba a punto de convertirse en un genocidio masivo de millones de personas. Los británicos habían transformado todos los campos de cultivo que debían alimentar a la población en campos de cultivo comercial como trigo y arroz, pensados para la exportación hacia Europa y Norteamérica y para la venta en el mercado global. Mientras tenía lugar la celebración de la coronación de la Reina de Inglaterra como emperatriz de la India en una fiesta llena de lujos y banquetes, millones de personas estaban pereciendo por inanición. Muchos vendieron a sus hijos por un trozo de comida y otros se suicidaron  o se vieron obligados a cometer canibalismo. Las medidas que se tomaron para supuestamente combatir la hambruna fueron todavía peores; obligaron a los hindúes a realizar grandes caminatas y ejercicios extenuantes que les conducirían hasta la muerte. Por supuesto, estaban condenados por la naturaleza. La hambruna se produjo de nuevo en los 80 y en los 90, alcanzando la cifra total de muertos hasta los 30 millones de personas.
Sin embargo, la lucha por la supervivencia de la élite no se quedó aquí. Empezaron a identificar nuevos grupos de personas como rivales, esta vez no solamente basándose en las diferencias físicas sino también en la clase social. El racismo ahora era a la vez social y los rivales con los que debía competir la élite se encontraban dentro de las propias sociedades británicas: la raza Cockney, la escocesa, los rookeries ....

Francis Galton, el primo de Darwin, se dedicó a ir a las prisiones para estudiar a fondo estos últimos. Galton estaba aterrorizado por la idea de que las clases más bajas se reprodujeran más rápido que la clase media, lo que ponía en peligro su existencia desde el punto de vista del darwinismo social. Así que su principal meta se convirtió en revertir esta situación. Se puso manos a la obra y diseñó un sistema de crianza selectiva (como ya lo había hecho siglos atrás Platón) que estimulara la procreación entre las clases medias y la inhibiera entre las más bajas. Llamó a esta ciencia "Eugenesia". Grandes figuras como George Bernard Shaw  -ver vídeo-  (miembro de la sociedad Fabiana), Graham Bell o Winston Churchill la apoyaron.
Finalmente, el racismo científico, el darwinismo social y la eugenesia desarrollados durante la época victoriana se reunieron en lo que sería el laboratorio para los futuros campos de trabajo y exterminio nazis.
En Namibia, colonia alemana a principios del siglo XX, se creó el primer campo de concentración. Los alemanes obligaban a trabajar ahí, incluso hasta la muerte, a las etnias Herero (75% de la población había sido aniquilada) y Nama (50% pereció). En Shark Island se estableció un campo destinado únicamente al exterminio. Gente de toda Namibia era llevada hasta ahí para ser liquidada. Tras estos hechos, borrados de la memoria colectiva por Occidente, los alemanes continuaron experimentando.
En 1908, Eugen Fischer y sus asistentes pasaron meses fotografiando y midiendo a los supervivientes del genocidio. El objetivo de sus investigaciones era demostrar que los genes de los negros son dominantes sobre los de los blancos, de manera que si se entremezclaban durante varias generaciones acabarían ensuciando la raza caucásica.
Por entonces grandes flujos migratorios se estaban produciendo en Norteamérica, donde algunas personas atemorizadas por el hecho de que pudieran entremezclarse con los blancos, se interesaron por la Eugenesia (que nace de Galton). La Eugenesia empezó a convertirse en un potente movimiento en los EE.UU, dirigido por personas ciertamente adineradas y poderosas. Establecieron una oficina para identificar y monitorear a todas aquellas personas que consideraban inadecuadas, de categoría inferior, para luego controlar sus vidas y fertilidad. Promovieron fuertes campañas de propaganda para extender sus ideas. La Eugenesia se volvió un movimiento global. En Suecia, entre 1934 y 1976, se esterilizaron hasta 60.000 enfermos mentales o miembros de etnias minoritarias. Pero donde recibieron más atención estas ideas fue en Alemania. El movimiento de Eugenesia estadounidense fue el modelo a seguir para los "científicos" alemanes. De hecho, el propio movimiento en Alemania era financiado desde EE.UU. El "Kaiser Wilhelm Institute of Anthropology, Human Heredity and Eugenics" estaba financiado por la Fundación Rockefeller (Recordemos que Rockefeller junto a otros peces gordos de Wall Street fue quién hizo subir a Hitler al poder y permitió que Alemania se desarrollara hasta convertirse en una potencia capaz de hacer frente a los Aliados). El hombre que dirigía este instituto era nada más y nada menos que el propio Eugen Fischer. Antes de la guerra este instituto se dedicaba a la esterilización, principalmente de enfermos mentales. Cuando la guerra comenzó pasó directamente al exterminio: enfermos, "gente defectuosa", trastornados, judíos, gitanos... Los planes de exterminio se habían diseñado al más alto nivel, por expertos e intelectuales, por lo que había una conexión directa con las teorías de Galton.
"Los alemanes expertos en higiene racial que se reunieron aquí en Von Sei Villa, a las afueras de Berlín, soñaron un genocidio racial justo como sus predecesores espirituales, los científicos raciales y los darwinistas sociales de la era del Imperio. Pero los genocidios coloniales inspirados y justificados por los teóricos del siglo XIX han sido eliminados de la historia de Europa. Los horrores del campo de exterminio de Shark Island, la aniquilación de los aborígenes de Tasmania, los 30 millones de víctimas de la hambruna en India, todo ha sido olvidado. Eurasia, de esta memoria, fomenta la creencia de que la violencia nazi fue una aberración en la historia europea. Aunque el holocausto en sí mismo fue motivado por el fanático anti-semitismo de los nazis, también puede ser visto como parte de una continuidad histórica más larga, una que lo identifica como una extensión lógica del racismo científico. Pero esta historia, como los huesos de los desiertos de Namibia, rehúsa a permanecer enterrada para siempre."

Calbert

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