Para tener una buena salud y prevenir futuras enfermedades uno de los factores clave es la dieta. Una dieta equilibrada es imprescindible para la salud. Hemos de ser capaces de comprender las consecuencias que los malos hábitos como fumar, beber y comer mal tendrán en nuestra salud a largo plazo. De la misma forma podremos entender los beneficios que nos aporta una buena rutina alimentaria.
Como bien debería de saber todo el mundo cualquier exceso sea de lo que sea es malo. La comida no es ninguna excepción. Dieta equilibrada significa comer de todo y sin excesos. Por supuesto hay que mantener una proporción diferente para cada tipo de alimento que ingerimos. Esto es: un 50-60% hidratos de carbono (pasta, cereales, arroz...), 30-40% grasas (mantequillas, aceite, carne...) y un 10-20% proteínas (lácteos, carne, huevos, pescado...) además de minerales y vitaminas. Estos valores no son constantes y varían según las proporciones del individuo, el sexo y la actividad física diaria. Por ejemplo, un hombre de 1,70 m de altura que realice una hora de ejercicio al día (algo que todo el mundo debería hacer) necesitará una aporte calórico y una proporción de glúcidos mayor que la de otro hombre de iguales características que no realice ejercicio. El aporte calórico total - y esto es esencial - debe suplir las necesidades de nuestro cuerpo pero no sobrepasarlas.
El tipo de alimentos que ingerimos también es muy importante: comer verduras (que contienen fibra) y bastante fruta que es rica en antioxidantes, evitar tomar demasiados alimentos con altos niveles en colesterol como los huevos y la carne roja y reducir al máximo su consumo, comer alimentos hervidos y no fritos, evitar bollería industrial (lleva muchas grasas saturadas) y pasteles u otros productos ricos en azúcares de rápida absorción, comer frutos secos que van bien para nuestro cerebro, comer pescado azul (contiene omega-3) que previene enfermedades cardiovasculares...
Después de todo llevar una buena dieta no es nada más que comer con cabeza y conseguir corregir nuestros malos hábitos, pues ya sabemos todos lo que es bueno y lo que no es bueno para nuestro cuerpo. Además, como última anotación, llevar una dieta variada va a ayudarnos a organizar mejor nuestro tiempo, a ser más disciplinados, a divertirnos aprendiendo a cocinar nuevos platos y probando nuevos alimentos y, en última instancia y lo más importante, a sentirnos mejor.