martes, 10 de enero de 2012

Cómo nos explican el mundo

Actualmente vivimos en un planeta globalizado donde todo se rige por el dinero y los intereses personales. El capitalismo salvaje es el motor que mueve al mundo. El dinero y el poder se concentran en las manos de unos pocos hombres de este planeta, dueños de grandes corporaciones. Las corporaciones se han mezclado con los gobiernos y han tomado las riendas de la política con tal de crecer y obtener mayores beneficios económicos. El ansia de expansión y crecimiento son tales que pueden calificarse de enfermizos. El sistema capitalista actual nació en Occidente en el siglo XVIII cuando Europa ya había conquistado gran parte del planeta. Y a pesar de que se suele hablar del proceso de “descolonización” a mediados del siglo XX, en realidad únicamente se ha producido una transformación en el método de dominio. Occidente continua controlando mediante sus instituciones, ejércitos, políticas económicas, su cultura y sus gobiernos títeres los recursos de gran parte de los países del mundo. Se trata nada más ni nada menos que de un Imperio invisible, el cerebro del cual se alberga en Washington.  Desde Washington,  en conjunto con la resta de integrantes de la OTAN y sus aliados se deciden los siguientes movimientos para la expansión, conduciendo al mundo hacia un gobierno mundial. Los métodos de expansión utilizados son todos los que nos podamos imaginar: guerras, mentiras, asesinatos, torturas, conspiraciones, atentados, terror... No existen las reglas, se crean.  Si la población occidental comprendiera esto y descubriera lo que sus países están haciendo por el mundo, inmediatamente habría revoluciones que pondrían en peligro su poder y estabilidad. Por lo tanto se hace totalmente indispensable mantener a la población bien desinformada y engañada, condicionando su pensamiento y su estilo de vida según sus propios intereses.  Esta función la llevan a cabo los medios de comunicación de masas (que pertenecen a unas pocas corporaciones). Dado lo moldeable que es la mente humana, acostumbrada a recibir órdenes de una autoridad, es relativamente fácil llevar a cabo esto. El método más eficaz jamás inventado es la propaganda moderna, que nació en los EE.UU con Edward Bernays. Ahora los métodos de propaganda y publicidad están mucho más perfeccionados que los de Bernays o los de Joseph Goebbels. El gran alcance de los mass media, la credibilidad que se les otorga y las mentiras tan bien diseñadas hacen que el lavado de cerebro sea el más masivo de la historia. 

Hoy en día se le transmite a la gente la idea de que Occidente es el centro del Universo. La población occidental casi no conoce nada acerca de otros países que no sean ni EE.UU. ni de Europa a no ser que hayamos estado recientemente en conflicto. Se explica que Occidente ha sido la cuna de la democracia y de la civilización, el único lugar de la Tierra donde la dignidad y los derechos humanos son respetados gracias a la implantación de un “verdadero sistema democrático”. Cómo nosotros ya hemos llegado a un estado superior de la civilización, entonces es nuestro deber expandir la libertad de la que nosotros gozamos a la resta del planeta y defender los derechos de aquellos pobres desgraciados que no los tienen.  Es nuestro deber establecer "sistemas democráticos” ahí donde haga falta, aunque sea mediante la fuerza, la violencia y las violaciones de los derechos humanos que supuestamente condenamos.
Partiendo de esta base como pretexto, las grandes corporaciones pueden cooperar con los gobiernos con los que se inter-relacionan para invadir cualquier lugar de cualquier forma. Por los medios solo se transmitirá lo que interese como interese. Casos como la República Democrática del Congo donde las corporaciones ya tienen sus intereses cubiertos no se mencionarán jamás. Solo nos transmitirán una idea de pobreza extrema contra la que intentamos combatir, cuando somos nosotros los que la creamos en realidad. Casos como Siria o Venezuela en cambio, donde aún no existe un gobierno títere que nos beneficie, serán maquiavélicamente demonizados para justificar nuestra invasión. Y a pesar de eso mantenemos nuestras relaciones comerciales con ellos. 

La visión que la población occidental tiene del mundo, si únicamente se informa por los medios convencionales y oficiales, será siempre muy distante a la realidad. La única forma de la que puede acercarse a la realidad es informándose a partir de medios alternativos por Internet, el único medio de difusión casi-libe que existe.

Calbert