viernes, 22 de abril de 2011

El autoperfeccionismo

El espíritu autoperfeccionista tiene mucha relación con el artículo "Cómo conseguir un cuerpo 10". De hecho se trata exactamente de lo mismo pero aplicado a un grado superior. No se trata de conseguir solo un buen físico sino de intentar conseguir la perfección en todos los ámbitos posibles. Por supuesto hay límites diferentes en cada ámbito para cada persona. Pero si la constancia del ejercicio la aplicamos a todo, veremos increíbles cambios en nuestras vidas. Hay que mejorar a nivel personal, a nivel de salud y hábitos, a nivel de conocimientos, a nivel de relaciones sociales... El autoperfeccionismo empieza por coger una hoja en blanco y apuntar todos nuestros defectos personales: soy orgulloso, digo muchas mentiras, me paso el día criticando a los demás, soy muy tozudo, soy muy inseguro, tengo muchos miedos, suelo infravalorar a los demás... A partir de aquí lo único que se ha de hacer es esforzarse al día a día por corregir todos estos defectos y prometerse a uno mismo que lo vas a conseguir. Cada vez que saques a la luz algún defecto te has de reñir a ti mismo y volver a pensar en la promesa que te habías hecho. Hay que ser disciplinado. Con el transcurso de los meses los defectos irán desapareciendo hasta que al final ya no te tendrás que esforzar por corregirlos, simplemente dejarán de existir. Una vez corriges estos defectos vuelves a coger una hoja en blanco y escribes una nueva lista de defectos. Y esta vez añades los objetivos personales a cumplir: a partir de hoy empezaré a ir al gimnasio cada día, dejaré de morderme las uñas, dejaré los malos hábitos y me aprenderé diez palabras de vocabulario de inglés cada día... Si aplicamos la constancia, el rigor y la disciplina año tras año, de golpe todo será diferente. Los demás te mirarán de otra forma, empezarás a tener éxito, gozarás de mejor salud, te sentirás bien contigo mismo, tendrás un mejor físico y, al final, acabarás siendo mucho más feliz que antes. Si lo haces bien también desatarás envidias a tú alrededor, cosa muy peligrosa. Pero por entonces estas envidias ya no te importarán porque ya habrás dejado de preocuparte por lo que los demás piensen de ti. Todo empezará a ir mejor. Y es que en el fondo, aquí reside La importancia de aprender.