jueves, 6 de marzo de 2014

La aventura del pensamiento: Karl Marx

"Todo lo que sé, es que yo no soy marxista" - Karl Marx

La filosofía, a diferencia de lo que piensa la mayoría, que por lo general siempre suele estar equivocada, no es únicamente un esfuerzo de personas capaces por intentar comprender el mundo ni un puro ejercicio intelectual para entrenar y desarrollar la mente. Los filósofos más conocidos, por lo general, han formado parte mediante sus escritos de las luchas entre facciones de poder. Desde Platón hasta Hobbes, John Locke, David Hume, Immanuel Kant, Stuart Mill, Voltaire, Rousseau o Bertrand Russell, por poner unos pocos ejemplos. Son en realidad los tanques de pensamiento (think-tanks) del pasado, y se encargaban de encaminar a las élites hacia un bando o hacia el otro. No es casualidad, desde luego, que los filósofos anterioremente citados sean algunos de los más famosos y exaltados por la propaganda. Simplemente forman parte de la facción ganadora que ahora controla el mundo.
En este capítulo de "La aventura del pensamiento" Fernando Savater nos introduce al exponente más representativo de todo esto, al personaje público más influyente de la historia de la Humanidad sin duda alguna: Karl Marx. Karl Marx (1818-1883), un post-ilustrado de origen judío, es el padre del comunismo moderno y es conocido principalmente por haber redactado supuestamente el "Manifiesto del Partido Comunista" -leer aquí- junto a Friedrich Engels y por el libro "El Capital". Su padre era Herschel Mordechai. Su primo fue Benjamin Frederik David Phillips, fundador de la compañía Philips, y su tío abuelo segundo fue nada más y nada menos que... Nathan Mayer, Freiherr von Rothschild, fundador de la rama inglesa de la que se cree -no podemos estar seguros- que es la familia de banqueros más poderosa del mundo. Los descendientes de Nathan Mayer Rothchild eran tíos terceros de Marx. Si siguiéramos indagando en la genealogía de estas figuras seguramente revelaríamos un entramado de personas poderosas y/o influyentes aparentemente inconexas ciertamente impactante.

Genealogía de Karl Marx. Vea "La historia de las élites financieras: tras el comunismo".
Marx defendía la existencia de clases y de una lucha constante entre las más bajas y las más altas: los capitalistas contra los asalariados, el proletariado. Siguiendo la doctrina dialéctica de Hegel, creía que esta oposición entre tesis y antítesis, ya no de ideas sino física, materialista, debía resolverse mediante una síntesis.
Con Marx el materialismo fue un paso más allá e invadió el campo de la historia: la historia no es producto de ideales ni pensamientos sino que es producto de las condiciones del mundo real que nos rodea: el nivel económico, el desarrollo tecnológico... Los ideales, las doctrinas políticas y religiosas o los modelos de pensamiento surgen según las condiciones de vida, según las condiciones materiales y no al revés. Es el estudio de dichas condiciones materiales de la sociedad lo que de verdad nos permitirá comprender el mundo y la situación de las cosas. Entre ellas, la condición más importante es la base económica social.
En el sistema capitalista la plusvalía o excedente de la producción obtenido gracias al trabajo del proletariado va a parar a manos de los cada vez más ricos dueños de los medios de producción, creando así un sistema totalmente injusto e irracional donde no se permite al asalariado, que constituye la mayor parte de la población, ser realmente dueño del producto de su trabajo, ni libre, ni amo de su propia vida. Así pues, las masas de obreros explotados deben alzarse y apoderarse de los medios de producción, convertirlos en comunitarios y distribuir el excedente de forma coherente e igualitaria.

Casi no hace falta decirlo, todo esto era solo propaganda. Y como en toda propaganda, siempre hay una parte de verdad. Era en realidad la propaganda mundialista que debía asentar las bases para una gran "revolución de color" (un término de la propaganda rusa), por así decirlo, que acabaría por dividir el mundo en dos grandes bloques. Tanto Marx como Engels eran agentes activos de la élite que pretendía acabar con el Antiguo Régimen (vea "La Historia de Inglaterra"). Esa es la verdadera razón por la que Marx es el apellido del protagonista principal de "Un Mundo Feliz".