domingo, 4 de marzo de 2012

Por las economías locales

En este blog hemos ido tratando los principales problemas que suceden hoy en el mundo y sus causas. La causa principal de estos problemas radica básicamente en la naturaleza del propio sistema que nos ha sido impuesto a toda costa. Está claro que para conseguir un mundo mejor se debe cambiar este sistema y solamente puede ser cambiado por un pueblo despierto. Si la gente no toma conciencia las cosas no harán más que ir a peor. Son por lo tanto las acciones de cada una de las personas que constituyen la sociedad el camino para alcanzar la civilización. Ya es hora de empezar a abordar algunas soluciones: 

Tierra  - Vandana Shiva
Una herramienta de desarrollo sugerida y aplicada comunmente por las grandes potencias económicas es la apertura de los mercados de los países ricos a los productos de los países pobres. ¿Qué significa esto realmente y qué implicaciones tiene para el Tercer Mundo y el planeta?
Significa dar acceso a los países ricos importadores a los recursos de los países pobres (principalmente agrícolas), por lo tanto, orientar el comercio  de estos últimos a la exportación.
Un aumento de la exportación agrícola conlleva una mayor consumo en los países ricos donde la comida y la ropa nos sobra y implica un menor consumo para las necesidades básicas en los países pobres. Es decir, que los recursos naturales que satisfacen las necesidades de las comunidades locales de estos países son transferidos a las corporaciones para que produzcan a bajo costo productos que luego consumiremos aquí únicamente por gusto y no por necesidad. Por lo tanto hablamos de un método de generación de hambre y pobreza. Y no solamente eso, también tiene consecuencias nefastas para la subsistencia y el medioambiente. La gente de las comunidades locales se ve desplazada constantemente por las corporaciones de exportación que utilizan métodos no sostenibles para obtener los máximos beneficios. Estos métodos no sostenibles resultan desastrosos para los ecosistemas y para la salud de los trabajadores y habitantes de la zona. Además, los beneficios obtenidos con las exportaciones no permiten importar alimentos suficientes como para compensar la capacidad nacional de producción destruida. Por último, hay fatídicas consecuencias para la exportación del país en cuestión. Los bajos precios que ofrecen las corporaciones hacen que el país y sus comunidades locales no puedan competir, lo que comporta una reducción de los ingresos obtenidos. Esta práctica es conocida como Dumping. Asimismo, para intentar competir con estos precios tan bajos se producirá una devaluación de la moneda, por lo que el país deberá exportar más cantidad a menos precio.
La solución para paliar la pobreza y el hambre reside en potenciar las economías locales, dejando los recursos en manos de la gente que vive ahí, y no en la liberalización del comercio impulsada por las multinacionales. Para eso hace falta reestructurar la economía global y el sistema en sí (cambio reclamado por el movimiento antiglobalización).