sábado, 2 de julio de 2011

El mundo según Monsanto

En este blog hemos hablado numerosas veces de la biotecnología, de los beneficios que puede proporcionarnos y de las posibilidades que nos brinda.  Esta vez veremos qué es lo que ocurre cuando una herramienta con un potencial tan grande cae en malas manos y es utilizada para el beneficio personal de las grandes corporaciones. Monsanto es una antigua empresa de pesticidas con un historial espeluznante que al ver que se le cerraban las puertas a su negocio decidió dedicarse a la agricultura. Invirtiendo grandes cantidades de dinero en investigación biotecnológica ha sido autora de grandes avances científicos como la obtención de campos de cultivo resistentes a pesticidas y a plagas, vacas que producen más leche, salmones que crecen de forma más rápida... Todo esto gracias a la manipulación del DNA. El asunto de los transgénicos es un tema muy complicado que abarca muchos sectores. Por un lado está el tema de la seguridad de los alimentos transgénicos. Actualmente no conocemos bien los mecanismos de interacción entre genes. Cuando se incorpora el gen que codifica para una proteína determinada en el DNA de un alimento como la maíz, no sabemos que efectos puede tener sobre él. Existen estudios que relacionan el consumo de transgénicos con  alteraciones del sistema immunológico o que demuestran como estos productos son perjudiciales para ciertas especies de organismos concretas que reciben daños colaterales. La prohibición de etiquetar estos productos no deja realizarles un seguimiento que nos permita observar sus efectos en la población. Por otra banda no se aporta ningún beneficio al producto que consumimos ni reduce el uso de pesticidas como la empresa asegura. También tenemos el problema que provocan a nivel económico y social. Monsanto ha patentado los genes que utiliza para producir el maíz Bt, un maíz que secreta sustancias tóxicas (no para nosotros) para evitar plagas, así como los genes de los alimentos Roundup Ready resistentes al pesticida del mismo nombre fabricado también por la empresa. Sus semillas han invadido el mercado mundial y lo han monopolizado. El maíz Bt se está introduciendo en campos de cultivo de agricultores que de golpe, si ni siquiera enterarse, se han visto en graves problemas al infringir el "copyright" de los genes patentados. En países como la India se ha incrementado de forma preocupante el número de casos de suicidio entre agricultores que no tienen dinero para pagar sus deudas, comprar la semillas a Monsanto, los pesticidas y alimentar a sus familias. Finalmente tenemos el problema medioambiental. La introducción de uno de estos organismos genéticamente modificados (OGM) en cualquier tipo de ecosistema sería catastrófico para su equilibrio. Esto ya se ha producido en México, donde el Maíz Bt amenaza la biodiversidad de maíz del país beneficiando así, seguramente no por casualidad, a Monsanto, quién dispone de grandes poderes e influencias en el gobierno estadounidense. Tanto Monsanto como el gobierno norteamericano defienden sus actuaciones basándose en el erróneo "principio de equivalencia sustancial" así como en campañas publicitarias que presentan a la biotecnología como las solución a grandes problemas mundiales como el del hambre. Lo que no dicen es que actualmente se producen alimentos para 9.000.000.000 de personas y unos 800 millones se mueren de hambre. ¿Si realmente se quiere acabar con el hambre, por qué no se distribuyen estos alimentos? ¿Vale más el coste de su transporte que el sufrimiento humano? A continuación os dejo dos documentales que profundizan mucho más en todos estos asuntos. Los dos tratan de lo mismo; el primero ("El mundo según Monsanto") se centra más en la cuestión de la seguridad de los transgénicos mientras que el segundo (El futuro de la comida") va más dirigido a los problemas sociales y económicos causados por Monsanto.


 
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