sábado, 23 de abril de 2011

Saber escuchar

Muchas veces hemos oído estas palabras: saber escuchar. Pero saber escuchar no significa aprender a soportar los sermones de los demás. No significa estar una hora escuchando las opiniones de otro. No significa ser comprensivo con tu pareja. Saber escuchar significa tener la mente abierta a cualquier cosa. La mente humana, por naturaleza, crea sus propias convicciones y rechaza todo aquello que va en contra de ellas. Y no importa si éstas son erróneas o no, lo que importa es que tú ya tienes tus propias explicaciones y no quieres saber nada más. Y además las explicaciones que nos damos suelen ser las que nosotros queremos oír o las que todo el mundo da. Llevar la contraria a las masas nunca ha sido fácil. Cuando intentas explicar a alguien cosas tan chocantes como que existen organizaciones secretas, personajes en la sombra o mentiras a escala masiva, la reacción común es bloquear la mente y pensar que quién te lo dice está chalado. Ya tiene una idea conformada y difícilmente cambiará de opinión. Por lo tanto, saber escuchar consiste en que cuando alguien exprese una opinión diferente a la tuya, a no ser que ya la hayas descartado correctamente anteriormente, no la rechaces o le discutas inmediatamente hasta que no compruebes que tú tenías razón. Y para eso, tenemos El Kit de detección de tonterías.

Calbert